alimentación saludable
alimentación saludable
Cuando la princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía, ingresaron en el colegio Santa María de los Rosales, de Madrid, su madre, doña Letizia, movió hilos para que cambiasen el menú del centro, haciéndolo más saludable y lleno de frutas y verduras. Es algo que han confirmado las familias de los compañeros de ambas y algo que ellas han mantenido en el tiempo, pues se dice que tanto a la princesa como a la infanta les gusta, igual que a su madre y su abuela, mantener una dieta variada y saludable.
De hecho, se dice que apenas toman alimentos ni bebidas carbonatadas y azucaradas y tampoco alimentos ultraprocesados (aunque todos hemos sido partícipes de como la princesa Leonor, como cualquier chico de su edad, sale de vez en cuando a cenar con compañeros de la academia o con amigos a algún que otro restaurante de comida rápida).
Aunque no es algo que nadie de la Casa Real haya confirmado por completo, es cierto que corren rumores de que la Princesa Leonor tiene alimentos más y menos de su gusto y, en concreto, una fruta que toma de manera bastante frecuente.
A sabiendas de la importancia de incluir en la dieta y, sobre todo, en la rutina diaria alimentos como la fruta o la verdura, la princesa Leonor suele decantarse de forma recurrente por la manzana, una de las frutas que más les gusta y suele hacerlo sin cocinarla y sin incluirla en recetas. Aunque no sabemos si la toma con piel o sin ella, es cierto que sabemos que suele consumirla cruda, como postre y como tentempié.
Una fruta a la que se le atribuyen diferentes propiedades nutricionales y que, en sí misma, supone un gran aporte de vitaminas, como el potasio o la vitamina C. «La manzana aporta hidratos de carbono fundamentalmente en forma de azúcares como fructosa, glucosa y sacarosa y contiene cantidades apreciables de fibra, siendo la insoluble la más abundante», explican los expertos de la Fundación Española de la Nutrición.
La fibra, además de ayudar a mejorar el tránsito intestinal, es perfecta para aportar saciedad al organismo, disminuyendo en consideración las ganas de comer entre horas. Esta es una de las razones principales por las que los nutricionistas recomiendan tomar una manzana a media mañana.
Además, la manzana aporta flavonoides y polifenoles, compuestos con una fuerte actividad antioxidante. Los segundos a su vez pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre y mejorar la respuesta a la insulina, evitando los picos de azúcar después de comer.
Algún que otro estudio también ha demostrado que masticar manzana puede mejorar la salud bucodental, ya que regula el pH de la boca, aumenta la producción de saliva y reduciendo, así, la forma de placa bacteriana. «Las manzanas tienen también propiedades bactericidas que favorecen la eliminación de las bacterias que causan el mal aliento o la caries», afirman los expertos de la Clínica CIRO.
Aunque uno de los gestos que muchos hacemos antes de comernos una manzana es el de quitarle su piel y trocearla, lo cierto es que la ciencia ha argumentado que la piel de la manzana (y la de otras frutas como el melocotón o el caqui) tiene diferentes propiedades. En concreto, un estudio publicado en la revista Current Research in Food Science llegó a la conclusión de que su piel tiene gran concentración de antioxidantes.
Además, también está demostrado que tiene más vitamina K, A y C que el interior del fruto.