Limonero con frutos. /
«Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla / y un huerto claro donde madura el limonero», relaba Antonio Machado en su Retrato, uno de sus poemas más célebres. Pero los limoneros, como otros árboles frutales muy fáciles de cuidar , no solo se cultivan en los huertos claros y en los patios de Sevilla.
A diferencia de lo que solemos pensar, los árboles frutales no son plantas difíciles de cuidar. Conseguir que se muestren en todo su esplendor y que den frutos es mucho más sencillo de lo que pensamos. Y entre todas las variedades, el limonero es quizá uno de los más agradecidos y aptos para jardineros inexpertos : es fácil de cuidar, crece rápido, luce unas verdísimas hojas que contrastan con sus preciosas flores blancas de azahar y embriaga todo con su fragancia.
Lo primero que debes saber es que, aunque a priori, cuando pensamos en plantar un árbol consideramos que es necesario tener un gran terreno para cultivarlo, la mayoría de variedades de frutales, entre ellas el limonero, también pueden sacarse adelante en espacios más reducidos, como pequeños huertos urbanos, jardines e, incluso, en las terrazas.
Árbol limonero en maceta. /
De hecho, tal y como explican desde Leroy Merlín, «los limoneros son uno de los árboles frutales que mejor se adaptan a vivir en una maceta. Aunque puede crecer hasta los 4 o 5 metros si se planta directamente en el terreno, su alta tolerancia a la poda es lo que le convierte en uno de los que mejor se adaptan a vivir en tiestos«. Eso sí, debe ser un recipiente lo suficientemente grande para acomodar el sistema radicular del limonero y permitir su crecimiento adecuado, así como tener orificios de drenaje para evitar el encharcamiento de la tierra, lo que podría causar la pudrición de las raíces.
Aunque tiene una gran capacidad de resistencia, lo primero que debemos tener en cuenta cuando vamos a plantar un limonero es su ubicación. Ya sea en el jardín o en la terraza, en el suelo o en maceta, debemos buscar un lugar donde esté a pleno sol, ya que necesitan recibir, al menos, entre 6 y 8 horas de luz solar directa al día para dar frutos.
La temperatura óptima para cultivar nuestro limonero en las mejores circunstancias oscila entre los 17 y los 28 grados y durante el invierno habrá que protegerlo de las heladas, sobre todo por las noches. Además, como el viento puede dañar sus frágiles ramas, es importante buscar un lugar más o menos resguardado de las corrientes.
La flor de azahar del limonero. /
El riego es otro de los aspectos a los que prestar atención si queremos que nuestro limonero crezca rápido, florezca en todo su esplendor y dé jugosos frutos. En este punto, debemos tener en cuenta que este árbol frutal demanda riegos constantes de agua blanda, sobre todo en los meses más cálidos, pero evitando siempre los encharcamientos, por lo que un buen drenaje de la tierra será fundamental para mantener su buena salud.
En cuanto al suelo, precisa de terrenos permeables y poco calizos y necesita un protocolo continuado de abonado. Según recomiendan los expertos de Verdecora, el limonero necesita de «un sustrato y fertilizantes específicos para cítricos, de carácter permeable y con la acidez adecuada», que aplicaremos 3 o 4 veces al año, durante la primavera, el verano y el otoño.
Aunque durante todo el año deberemos ir quitando las ramas muertas, a principios de la primavera podremos hacer una poda para que crezca con más fuerza. Además, deberemos controlar las plagas, ya que los limoneros son frutales muy atractivos para el pulgón, la cochinilla o la araña roja.