Las posturas de yoga que ayudan a estimular el crecimiento del cabello (y a aumentar su grosor y volumen)

Ya se sabe que un cabello saludable mejora inmediatamente la apariencia de una mujer. ¿Y sabías que el yoga puede mejorar la salud de tu cabello? Probar varias posturas interesantes de yoga varios días a la semana puede ayudarte a ver resultados en tu sensación general de bienestar y en una apariencia más saludable del cabello con el tiempo.

Hay dos formas potenciales en que el yoga puede proteger contra la caída del cabello y mejorar el crecimiento del pelo. La primera es a través del alivio del estrés. Un exceso de tensión acumulada puede provocar la caída del cabello, según estudios.

Si bien se desconoce el mecanismo exacto, los investigadores tienen la teoría de que el estrés extremo puede afectar la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo y retrasar el crecimiento del cabello.

El yoga como práctica puede ayudar a reducir los niveles de estrés, ya que contribuye a disminuir los niveles de cortisol sérico, que están asociados con altos niveles de estrés. También ayuda a reducir los marcadores inflamatorios en el cuerpo y estimular el flujo de sangre a la cabeza, lo que a su vez puede revertir la caída del cabello.

El yoga podría proteger contra esta eventual caída de pelo al estimular el flujo de sangre a la cabeza. Las posturas invertidas (boca abajo) pueden mejorar el flujo de sangre al cuero cabelludo, por ejemplo. Sin embargo, es importante recordar que el yoga solo estimula temporalmente el flujo de sangre al cuero cabelludo. Además, no existe una «receta» específica para el yoga y cuántas veces al día debes realizarlo para ver resultados.

Las posturas de yoga que pueden ayudar a aliviar el estrés, así como estimular el flujo de sangre al cuero cabelludo, son las que más te van a ayudar a reforzar el aspecto de tu pelo. Una de ellas es Uttasana, la inclinación hacia adelante de pie. Esta postura estira la espalda y las piernas e implica doblarse hacia adelante, lo que ayuda a estimular el flujo de sangre al cuero cabelludo.

Incorpórate con los pies separados al ancho de los hombros y los brazos a los costados. Inclínate hacia adelante a la altura de las caderas mientras bajas los brazos por las piernas. Toca con las puntas de los dedos las rodillas, los dedos de los pies o la colchoneta, según tu flexibilidad. Puedes mantener las rodillas ligeramente flexionadas.

Adho Mukha Svanasana, que es la pose del perro boca abajo, es otra pose invertida que ayuda a estimular el flujo de sangre al cuero cabelludo y resulta muy relajante. Ponte a cuatro patas sobre una colchoneta, extiende tus dedos e imagina la energía de tu cuerpo fluyendo a través de tus manos hacia la colchoneta. Imagina que tu cuerpo está haciendo una V invertida. Aumenta el estiramiento imaginando que su columna se alarga.

La siguiente postura recomendable es Prasarita Padottanasana, que alivia el estrés y puede ayudar a estimular el flujo sanguíneo del cuero cabelludo. Separa las piernas más allá del ancho de las caderas, con los pies hacia adelante. Inclínate hacia adelante desde las articulaciones de la cadera, colocando las manos planas en el suelo. Si es posible, apoya la cabeza en el suelo o contra un bloque de yoga para mantener la estabilidad.

Como cuarta postura aparece Sasangasana, o pose del conejo, que puede aumentar el flujo de sangre al cuero cabelludo sin necesidad de estar completamente boca abajo. Arrodíllate en el suelo con los pies en punta y la parte superior tocando el suelo. Inclínate hacia adelante a la altura de las caderas colocando la parte superior de la cabeza en el suelo. Entrelaza las manos detrás de la espalda y levanta los brazos en el aire para estirar el pecho y la parte delantera de los hombros. Mueve tu cuerpo ligeramente hacia adelante y hacia atrás, creando un efecto de masaje en el cuero cabelludo.

Y finalmente está Balasana, o postura del niño, una pose relajante que alivia el estrés y que puedes realizar en casi cualquier lugar. Arrodíllate en el suelo con las piernas separadas a la altura de las caderas. Exhala mientras te inclinas hacia adelante, doblando tu cuerpo a la altura de las caderas mientras colocas el torso sobre los muslos.

Estira los brazos hacia adelante, colocando los brazos extendidos con las palmas hacia abajo en el suelo. Imagina que tu cuerpo se mueve en dos direcciones diferentes: tus manos se extienden hacia adelante mientras que tu pelvis se estira hacia atrás. Haz varias respiraciones profundas.