menus degustación de lujo

Tres restaurantes con Estrella Michelín perfectos para darte un capricho gastronómico esta primavera

Los menús degustación de estos reconocidos locales son la mejor manera de acercarse a la excelencia culinaria disfrutando de los mejores productos de temporada y lo último en técnicas de elaboración.

El comedor, con la bodega al fondo, del restaurante Cebo, situado en el centro de Madrid. / cebo

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

Entre nuestros planes culinarios para esta primavera está convertirnos en expertas en paellas, socarrats y melosos , disfrutar de las mejores ensaladillas en todas sus versiones y cultivar hierbas aromáticas en casa. También disfrutar de las mejores terrazas y los rooftops de moda de la ciudad. Pero, a la hora de darnos un capricho gastronómico, tenemos claro nuestro siguiente objetivo: los restaurantes con Estrella Michelín. Y traemos tres que ya hemos probado y que estamos deseando volver a visitar esta primavera.

Porque acercarse a la galardonada y reconocida excelencia gastronómica es un placer que hay que experimentar, al menos, una vez en la vida. Y qué mejor que hacerlo en esta época en la que el tiempo (el meteorológico y el otro) nos permite disfrutar del placer de descubrir buenos restaurantes con tranquilidad. Y es que no hay nada como deleitarse con una comida o cena en la que los mejores productos de temporada y lo último en técnicas de elaboración se unan para llevarnos al placer absoluto.

En el corazón de Madrid o en alguno de sus barrios más emblemáticos, entre semana o en fin de semana, darse un capricho gastronómico esta primavera es un placer al que no vamos a renunciar y estos son los mejores lugares para hacerlo.

Cebo, elogio de la sencillez

Situado en el número 34 de la Carrera de San Jerónimo, en pleno centro de Madrid, en el Hotel Urban, este restaurante reconocido con una Estrella Michelín cuenta con Javier Sanz y Juan Sahuquillo al frente de su exquisito proyecto gastronómico. El cliente puede elegir entre dos menús degustación, el de sus clásicos (130€) y el de temporada (185€), compuestos por diez y dieciséis pases respectivamente.

Los guisantes del Maresme con cococha de merluza de Cebo. /Luca López

La propuesta de Sanz y Sahuquillo apuesta por una cocina sencilla, pero llena de sabor, en la que el producto de temporada y las elaboraciones sin artificios son la base. Y por eso podemos disfrutar de homenajes a ingredientes reconocibles de la gastronomía española, como el cerdo de bellota con el que arrancan sendos menús, y que se presenta en mesa de varias formas y estados.

El tomate embotado con dashi vegetal, un disfrute para los amantes de esta hortaliza, la quisquilla cruda aliñada con escabeche de gallo, el espectacular guisante del Maresme con cococha de merluza o las exquisitas angulas del Miño con salsa de pieles de bacalao son algunas de sus inolvidables creaciones. Una experiencia que el jefe de sala Yassine Khazzari Charif y su equipo, y la sommelier Marisa de Sande convierten en un recuerdo gastronómico imborrable.

Clos, cuestión de sentidos

Una de las siete estrellas Michelín de Marcos Granda, el sommelier con restaurantes en Asturias, Málaga y la capital, es este restaurante de la siempre ajetreada calle Raimundo Fdez. Villaverde en la que se sitúa, en el número 28. Un espacio luminoso y sencillo, lleno de encanto, en el que disfrutar de su propuesta gastronómica, repleta de matices, tiene un encanto singular. Algo a lo que sin duda ayuda un excelente servicio en el que, jefe de cocina incluido, todo el mundo trabaja por llevar al cliente al máximo disfrute.

El huevo, setas de temporada y puré de apio bola de Clos. /A.F.L

Con dos menús degustación, el Clósicos con seis pases y un precio de 85 euros (145 con maridaje), y el «degustación», con diez pases y un precio de 124 euros (199 con maridaje), la propuesta de la cocina comandada por Luiggi Crocco se copone de platos sencillos que no se conforman con sabores intensos y se preocupan por llevar la experiencia más allá del paladar. Y si el consomé de verduras con espuma de tomillo te conquista con la vista, la lubina, coliflor y algas marinas te lleva, aromáticamente, a la orilla del mar.

Entre ambos, sus tapas, que redibujan las formas de una tortilla de patatas o apuestan por clásicos como la croqueta, su tartar de atún con su escabeche, o su exquisito huevo, setas de temporada y puré de apio bola, en el que la unión de texturas y sabores resulta impecable. La experiencia salada acaba con el pichón, acompañado de calabaza y cebolleta asada, una experiencia de caza tan ligera como intensa, y el menú se completa con el milhojas de chocolate y almendras. Una exquisita propuesta gastronómica que demuestra que con pocos ingredientes se hace mucho, y muy bien.

A'Barra, el corazón de la materia

El proyecto del grupo Sula Restauración, surgido de la alianza entre Joselito y La Catedral de Navarra, ha revalidado su Estrella Michelín en la última edición, siete años después de alcanzarla por primera vez. En todo este tiempo, la calidad de la materia prima y su entorno agradable y refinado lo han convertido en una visita obligada para los amantes de la buena cocina.

La merluza de pincho del Cantábrico con salsa holandesa de A'Barra. / Instagram: Abarra_res

Situado en la calle del Pinar, 15, el menú degustación tiene un precio de 159 euros, 80 más si se marida con seis vinos y 95 euros más si son ocho. En sus platos tienen gran protagonismo los productos del grupo, con las mejores verduras de La Catedral de Navarra y la carne y embutidos de la conocida firma salmantina. Como su cabezada de Joselito envuelta en cenizas y espuma de tomate, una carne tierna y sabrosa acompañada del sabor más auténtico de la fruta.

La ensalada tibia de quisquillas de Santa Pola, vinagreta de sus corales y escabeche de codium, el calamar de potera, con salsa de su propia tinta y emulsión de papada Joselito o la merluza de pincho del Cantábrico bañada en salsa holandesa son algunos de sus platos más alabados, que también podemos encontrar en su carta. Y para terminar, su particular, y deconstruida, tarta de manzana que, como el resto del menú, y el servicio que lo acompaña, es una buena muestra de la pasión que sienten y comparten por la excelencia gastronómica.