¿Dónde comen los cocineros? De los mejores croissants al pincho de tortilla, las recomendaciones de Dani Roca

El puente aéreo gastronómico entre Madrid y Barcelona tiene varios referentes culinarios que se pueden encontrar en ambas ciudades y uno de ellos es, sin duda, Barra Alta. La propuesta gastronómica de Dani Roca que, a través de una cocina sencilla y de sabores reconocibles, ha conquistado a los paladares madrileños y barceloneses.

A la hora de disfrutar de ambas ciudades y su restauración Roca se deja llevar por sus recuerdos, pero también por esos lugares que son ideales para salir a tomar algo con amigos. Un concepto del que es fan porque «a veces una mesa puede ser muy fría, yo soy muy de eso de patear las calles y de pararme en un sitio, pararme en otro, recorrer la ciudad y conversar con la gente que va conmigo».

Las recomendaciones gastronómicas de Dani Roca son unas estupendas pistas para tomar unas cañas o «un chato» en la mejor compañía, disfrutar de clásicos de la gastronomía del tapeo y dejarse conquistar por las elaboraciones de quienes, como él, aman la buena gastronomía.

«Hacen unos croissants que están muy ricos, muy, muy, muy ricos, creo que utilizan mantequilla belga, pero es que además trabajan en un obrador abierto, expuesto al público, y a mi me gusta ver estas cosas, como manipulan, como dejan fermentar, como bolean», reconoce el chef catalán con cierta admiración.

«Es un sitio que está muy bien montado, con la tienda, la degustación con cafetería y el obrador. A veces cuando vuelvo de trabajar en Barra Alta entro y compro panes, el pan de payés está muy rico, o cuando paso por la mañana y huele toda la calle paro y me compro un croissant y me lo como por el camino», relata.

«Ya cuando abrieron en Barcelona molaba mucho ese restaurante», comparte Roca sobre el «primer» Fismuler de Nino Redruello . «El de Barcelona tiene un diseño espectacular, con sus vidrieras, y está montado de una manera que es muy bonito», destaca antes de apuntar que, en cuanto a la gastronomía, «siempre tienes los clásicos, como la dorada con almendra, que es un carpaccio, la tortilla que hacen de bacalao está espectacular, aunque aquí, en Madrid va cambiando, la tarta de queso…»

«No podría quedarme con un solo plato, es un sitio que me gusta mucho y al que tengo pendiente ir de noche, porque siempre voy a mediodía y quiero ir a una sesión nocturna con música», detalla sobre el local de la Ciudad Condal.

Amante de «patear las calles, tomar algo en un sitio, luego en otro, charlar con la gente que viene conmigo», entre las paradas obligatorias de Roca cuando sale por Madrid está «este local de Chamberí que es ideal para tomarte una cañita o un vinito blanco bien fresquito y disfrutar de su impresionante variedad de ostras.»

En su ciudad natal, el chef se queda con «esta bodega de toda la vida, con su caña o su vino» que se pueden acompañar «con un pescaíto frito que alucinas. Suele ser sonso, boquerón o sardina, lo fríen al momento».

En este acogedor local que Roca comenta que «mola bastante» el chef también disfruta del sabor y la calidad de platos tan sencillos como «su ensalada de tomate con cebolla, sus anchoas y sus aceitunas».

Con su restaurante madrileño situado en el barrio de Salamanca, en el número 19 de la calle Lagasca, Roca confiesa que «cuando me falta alguna cosa, alguna verdura o alguna fruta, voy al mercado de la Paz, que lo tengo aquí al lado». Y entre recado y recado, «me paro en Casa Dani, porque me gusta su pincho de tortilla; es muy sencillo pero está muy rico».

Desde que tenía 16 años, una de las paradas obligatorias de Roca es este local barcelonés con más de un siglo de historia. Roca recuerda que, por aquella época, «lo llevaban los padres» de los dueños actuales, y «la madre sacaba una cosa que llamaban, creo recordar, bicicletas, que era una especie de lasaña rebozada y estaba buenísima».

Ahora opina que es un lugar ideal para «tomar un vino o una cerveza, acompañado de conservas de todo tipo con las que elaboran sus tapas y montaditos. Tienes que saber cuándo ir, porque si no está muy lleno».