Por que arrasa en Max la resistencia feminista de El Cuento de la Criada: rebelión, luchas de poder y mucha tensión

El cuento de la criada, uno de los mayores boom de la última década, llega a su fin con una esperadísima temporada de cierre en la que descubriremos si se produce la ansiada caída del régimen de Gilead de una vez por todas. Si eres fan de la serie, no pierdas la oportunidad de ver sus tres primeros episodios en Max y apúntate en rojo en el calendario cada martes de aquí al 27 de mayo para disfrutar del final de la ficción original de Hulu.

Para la ocasión, volveremos a encontrarnos con el casting liderado por Elizabeth Moss (Mad Men), que además dirige cuatro de los diez episodios, y está acompañada por Yvonne Strahovski (Chuck), Max Minghella (Ágora), Sam Jaeger (El francotirador), Bradley Whitford (El ala oeste de la Casa Blanca), O-T Fagbenle (Viuda negra), Samira Wiley (Orange Is the New Black) y Ever Carradine (Will & Grace).

Las expectativas están por todo lo alto, y no es de extrañar, porque estamos ante un fenómeno televisivo que ha roto todas las barreras y que se ha convertido en un icono cultural y en una de las mejores series de la historia. Una resistencia feminista que ha cautivado a fans de todo el mundo y que ahora llega a su fin con una última temporada que ya nos ha ofrecido buenas dosis de rebelión, poder y mucha tensión.

El aroma a resistencia que se respira en el seno de la propia Gilead parece del todo imparable y, por primera vez, tenemos la sensación de que todo comienza a desmoronarse. Aunque nunca hay que confiarse mientras el Comandante Lawrence (Bradley Whitford) siga en pie ejerciendo sus manipulaciones y dando forma a sus maquiavélicos planes tratando de insuflar vida y mantener en pie al régimen cueste lo que cueste.

La lucha de poderes está desatada y es inevitable la sensación de que la tensión acabará por implosionar en cualquier momento. Sobre todo con el auge de figuras como Wharton (Josh Charles), que lidera el ala más radical dentro del movimiento y que se erige como principal opositor de Lawrence en la defensa férrea de los valores fundacionales del régimen. El conflicto está servido.

Mientras las luchas de poder parecen acelerar la caída de Gilead, la amenaza exterior también se acrecienta con el auge un grupo de resistencia que entra en contacto con June (Elizabeth Moss) en su llegada a Alaska junto a su hija Nicole. Allí se reencontrará con alguien del todo inesperado de su pasado, que le motivará para seguir adelante y seguir luchando por lo que es justo.

Está claro que en esta última temporada el creador ha querido focalizarse en expandir esa chispa de la rebelión, con una lucha emotiva y una resistencia feminista que cada vez va ganando más adeptos y que apunta a ser clave para la caída de Gilead y poner fin al mandato del ladino Lawrence. La serie prepara un final de órdago en el que está claro que June y Serena (Yvonne Strahovski) jugarán un papel clave y en el que otros personajes como Nick (Max Minghella) resultarán cruciales.

Lo cierto es que se empieza a atisbar el fin del régimen y la ansiada libertad para los protagonistas, pero los creadores de la serie parece que no terminan de soltar presión y todo apunta a que aún queda mucho por ver a lo largo de la temporada. Del mismo modo que el espíritu de una rebelión y de la lucha se expande, también es necesario recordar el mundo opresivo en el que se desarrolla la historia y en el que las traiciones están a la orden del día.

La tensión en este inicio de temporada se podía cortar con un cuchillo, con una inevitable sensación de esperanza, pero sin poder evitar pensar que la serie es conocida por los giros de guion inesperados que sacan a la luz los intereses más ocultos. Todo parece ir encaminado hacia el final del régimen, pero al mismo tiempo, la misma serie nos invita a dar los pasos de uno en uno en una temporada en la que cada vez se tensa más la compleja red que conecta a los diferentes personajes y el camino que decide seguir cada uno de ellos.

La sexta temporada de El cuento de la criada acaba de llegar a Max y ya está arrasando con la proyección de sus tres primeros episodios. Un comienzo espectacular que ha servido para poner todas las cartas sobre la mesa y preparar un cierre que apunta a ser de auténtico infarto. Las tensiones, las luchas de poder y la esperanza parece que serán los elementos clave del final de uno de los mayores fenómenos televisivos de la década.