un matrimonio sobre el que se habló

No digas nada: la historia de amor que vivió Dolours Price con un conocido actor de cine

La protagonista de la miniserie de Disney+ sobre el conflicto de Irlanda del Norte estuvo casada durante dos décadas con Stephen Rea, un intérprete norirlandés que ha trabajado en películas como Entrevista con el vampiro o V de Vendetta.

En el centro, Hazel Doupe y Lola Petticrew como Marian y Dolours Price en una imagen de la miniserie No digas nada. / instagram: fxnetworks

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

En la historia que Patrick Radden Keefe cuenta en No digas nada hay momentos para la incredulidad, para el estupor y para la indignación. Pero, tal vez, uno de los más sorprendentes es aquel que narra cómo, en un país que no llega a los dos millones de habitantes, el destino puso en el camino de un apasionado por la interpretación a una activista e integrante del IRA. O lo que es lo mismo, la historia de amor que vivió Dolours Price con un conocido actor de cine.

Stephen Rea, que ha participado en películas como Entrevista con el vampiro o V de Vendetta, conoció a la mujer a la que da vida Lola Petticrew a finales de los años 60, cuando formaban parte del mismo movimiento pro derechos civiles. Posteriormente, y durante un tiempo, perdieron el contacto. Tal y como recoge el libro que adapta la miniserie , los orígenes de ambos eran dispares, ella creció en una familia republicana, él en una protestante, y aunque solo era 5 años mayor, Rea creció con unas «influencias culturales más eclécticas».

Rea decidió que quería dedicarse a la interpretación tras participar en una producción infantil de La caperucita roja, en la que hizo el papel de lobo. Pero para llevar a cabo sus anhelos actorales tendría que salir de Belfast. Su primera parada fue Dublín, donde trabajó en el teatro Abbey cuando los Troubles comenzaron y Dolours tomaba la senda revolucionaria.

Londres: Una función de teatro y bombas

La capital de Irlanda tampoco era lo que Rea buscaba y se mudó a Londres, y su vibrante escena teatral y los proyectos televisivos y cinematográficos de las productoras le ayudaron a convertirse en una cara conocida. Price también lo era, pero por razones muy distintas, y si a él era posible encontrarlo en el periódico en la sección de espectáculos, el apellido de ella estaría en el de política, ya que por aquel entonces iniciaba su huelga de hambre en prisión.

Dolours Price, a la izquierda, junto a su hermana Marian, en una manifestación pro derechos civiles en Belfast. / getty

La joven fue encarcelada por su participación en los atentados con bomba que se llevaron a cabo en Londres el 8 de marzo de 1973. Curiosamente, la noche previa a los ataques que conmocionaron a la capital inglesa y causaron doscientos heridos, Price, junto a su hermana Marian y otro de los integrantes del grupo que colocaron artefactos por toda la ciudad, fueron al Royal Court. Allí se representaba The Freedom of the City y sobre el escenario estaba Stephen Rea, al que Dolours recordaba de su etapa universitaria.

En 1980 Price salió de prisión y, a pesar de sus dispares carreras, Rea y ella retomaron el contacto. Tres años después, Dolours y Stephen se casaron en la catedral de San Patricio de Armagh, a pocos metros de donde había estado recluida y con el capellán de la cárcel, el padre Raymond Murray, oficiando el enlace. La ceremonia se celebró en secreto, con la única presencia de los testigos, y no trascendieron detalles ya que le pidieron al religioso que si llamaba la prensa, como así fue, no contase nada. «Prometí guardar el secreto», comentó.

Una segunda vida en la capital

A pesar de que Price desafiaba las condiciones de su excarcelación, no dudó en acompañar al actor por Irlanda cuando pasó unos meses de gira por todo el país. El problema se planteó, y la prensa sensacionalista no lo desaprovechó, cuando él retomó su carrera en Londres, el lugar en el que su esposa había colocado varias bombas. Dolours no viajó con él, pero sí suplicó al gobierno británico que le concediera permiso para ir a verlo, aunque le fue denegado. Esto no impidió que, posteriormente, ambos se instalasen en un piso a unos metros de uno de los lugares en los que ella había atentado, el Old Bailey.

Lola Petticrew, que interpreta a Dolours Price en la miniserie de Disney + No digas nada, en una secuencia de la misma. / Instagram: FXnetworks

Aunque Rea comentó posteriormente que su decisión de casarse con una famosa exmilitante del IRA no le había perjudicado en su carrera interpretativa, lo cierto es que el actor tuvo que lidiar con el interés que la prensa sentía por su matrimonio o la ideología de su esposa. Él, a pesar de haber crecido en un hogar protestante, simpatizaba con la causa nacionalista y, como señala Radden Keefe, «pensaba que, tras cincuenta años de represión, era inevitable que de la comunidad católica surgiera alguna forma de resistencia».

En 1989, Dolours Price y Stephen Rea tuvieron un niño, al que pusieron el nombre de Fintan Daniel Sugar, y un año después nació Oscar, lo que le dio a Dolours la familia que nunca creyó que tendría cuando estaba en prisión. Y aunque vivían en Londres, Rea no dudó en declarar que quería «que disfruten de una infancia irlandesa, que crezcan con acento irlandés. Sería un poco farsa criar a dos chavalines ingleses».

Veinte años de amor

En aquella época, y hasta 1994, el gobierno de Thatcher había prohibido que se hablara del IRA y del Sinn Féin en la radio y la televisión públicas, y no se podía retransmitir la voz del líder de estos últimos Gerry Adams. Price, decepcionada por la deriva política que había tomado este último, ya no tenía ninguna relación con él, pero Rea fue uno de los actores, además de varios de origen inglés, que se encargó de doblarle cuando aparecía públicamente y los informativos querían contar con sus declaraciones.

Stephen Rea junto a los hijos que tuvo con Doolours Price en el funeral de esta, celebrado en enero de 2013. / getty

Según el libro de Radden Keefe en el que se basa la serie, «en 2003, después de unos años de tirantez, Stephen Rea y ella (Dolours Price) se separaron». Diez años después, en los que Dolours no dejó de arrastrar las secuelas de su huelga de hambre y su estancia en la cárcel y a lo que había que sumar su adicción al alcohol y el Valium, falleció. La autopsia reveló que en su sangre se encontró una combinación tóxica de antidepresivos, tranquilizantes y antipsicóticos, aunque no había rastro de alcohol en su organismo.

Rea y sus hijos transportaron el féretro «bajo una fría llovizna hasta la iglesia de St. Agness, seguido por un largo cortejo fúnebre». La ceremonia la ofició monseñor Raymond Murray, el mismo que había casado a la pareja y acompañado a Dolours en prisión. Según recoge Radden Keefe, «de alguna manera, vivió de acuerdo a su nombre de pila» dijo Murray durante el sepelio.