Louis Hoffman y Aria Mia Loberti en una imagen de la miniserie La luz que no puedes ver. /
Tal y como estaba previsto, porque era una de las series más esperadas de 2023, La luz que no puedes ver está siendo una de las producciones más vistas en Netflix de noviembre . Porque no todos los días se estrena la adaptación de un premio Pulitzer, uno de los libros más vendidos de 2014, y porque a la propuesta le sobran atractivo. Sin embargo, entre la miniserie y la novela en la que se inspira hay más diferencias de las que los lectores podríamos esperar, y cambian hasta su final.
La novata, aunque sobradamente preparada, Aria Mia Loberti es la encargada de llevar el peso de la producción poniéndose en la piel de la joven Marie-Laure LeBlanc. Hija del cerrajero del Museo de Historia Natural de París, cuando las tropas alemanas llegan a la capital se ve obligada a abandonar su casa. Y junto a su padre, Daniel, pone rumbo a Saint Maló, donde vive su tío Etienne y donde se vivirá una de las batallas más importantes de la II Guerra Mundial.
Es precisamente esta última, y la espectacularidad con la que guionista y director la han llevado a la pantalla, la que probablemente haya provocado que una novela de más de 600 páginas se haya quedado en cuatro capítulos. Porque el tiempo que Doerr dedica a explicar la infancia de Marie-Laure, y de Werner, el soldado alemán, ha quedado reducido a unos cuantos flashbacks. Esta no es la única diferencia entre la miniserie y el libro, así que si no has visto la primera o quieres leer el segundo, te recomendamos que no sigas leyendo.
La sintetización de las tramas, y especialmente de la etapa que Werner pasó en el instituto del ejército alemán, se ha llevado por delante a Frederick, el único amigo que el joven huérfano hizo allí. Sensible e inteligente, este rol encarna la crueldad que sufrían quienes no eran capaces de seguir el ritmo de los mejores alumnos, o que se encontraban allí por ser hijos de altos mandos.
En contraposición, Levy creó dos nuevos personajes para la versión audiovisual en la trama de Werner. Estos son el Capitán Mueller y Schmidt, quienes le encuentran en el hotel en el que se refugia y que, en el caso del segundo, se queda con él para tratar de atrapar a la persona que usa las emisiones de radio para informar de los avances del ejército alemán.
Fotograma de La luz que no puedes ver, con Marie-Laure y Etienne llorando la muerte de Madame Manec. /
Otro de los cambios que el guión realiza sobre la novela es el papel de la señora Manec y de Etienne. La primera, en el libro de Doerr, no es la hermana del tío de Daniel, sino su ama de llaves, que lleva décadas cuidándole. Y mientras que en el libro muere de un ataque cardíaco, en la serie fallece de una neumonía.
Por su parte, Etienne no es el profesor que realizaba las emisiones que escucharon Marie-Laure y Werner en su infancia, sino que lo era su hermano, al que vio morir trágicamente en la I Guerra Mundial. Debido a esa tragedia, Etienne está profundamente traumatizado y por eso no sale de casa.
Otra de las diferencias del personaje de Hugh Laurie es su desenlace, ya que en el libro es arrestado días antes del bombardeo de Saint Malo, y encarcelado. Es decir, nunca llega a conocer a Werner, y tampoco muere trágicamente mientras le pide al joven alemán que cuide de Marie-Laure. El final que le dio Doerr fue que sobrevivió a la II Guerra Mundial, regresó con Marie a París y desde allí viajaron por el mundo hasta que murió plácidamente en la bañera a los 82 años.
Hugh Laurie en una imagen de La luz que no puedes ver, la miniserie en la que interpreta a Etienne. /
En cuanto al destino de su sobrino Daniel, en ambas ficciones muere, pero no de la misma manera. Doerr nunca escribió que el cerrajero del Museo de Historia Natural de París conociese al malvado Von Rumpel y fuese este el que acabase con su vida después de torturarlo.
Según la novela Daniel regresa a París cuando su jefe le pide que vuelva de Saint Malo, pero el ejército alemán lo encuentra y termina en un campo de trabajo en Alemania. Desde allí escribe algunas cartas a su hija, hasta que estas dejan de llegar. Marie-Laure descubre qué le pasó a su padre después de la guerra.
Que el desenlace de la miniserie de Netflix y la novela iba a ser diferente se intuye en los 10 primeros minutos de la producción, cuando Volkheimer muere en el sótano en el que se esconde con Werner. El soldado también se ve perjudicado por la síntesis de la adaptación, ya que además del tiempo que pasan juntos en el instituto, comparten muchos momentos antes de llegar a Saint Malo. Y es fundamental para que Jutta sepa del destino de su hermano.
Porque la incursión radiofónica entre ambos hermanos nunca llega a producirse en la novela. Después de matar a Von Rumpel y compartir una lata de melocotones con Marie-Laure, Werner le ayuda a salir de la ciudad y es capturado por los soldados estadounidenses. Entonces enferma gravemente, y aunque en sus diferentes traslados a varias presiones recuerda a su hermana Jutta y a Marie-Laure, una noche en plena fiebre sale de la tienda en la que está alojado y pisa una mina terrestre que acaba con su vida.
Marie-Laure por su parte se reúne con Etienne y ambos se dirigen a París, donde aguardan noticias del padre de ella. Tiempo después descubren que falleció en el campo de trabajo en el que estaba encarcelado, tras sufrir una gripe. Tras sobreponerse a la pérdida ambos viajan por el mundo, hasta que Etienne muere.
En 1974, habiéndose convertido en profesora, Marie-Laure recibe la visita de Jutta, que meses antes se había encontrado con Volkheimer. Este le entrega algunos objetos que pertenecieron a su hermano, entre los que se encuentra la maqueta que Marie-Laure y Werner habían dejado en la gruta de Saint Malo con el Mar en Llamas dentro y que, al parecer, él regresó a buscar.
Pero cuando la tiene en sus manos Marie-Laure no encuentra el Mar en Llamas, sino la llave de la gruta que ella le dio al joven cuando se despidieron, por lo que supone que el diamante sigue en el lugar en el que lo dejaron. En las últimas páginas de la novela, ambientadas en 2014, Marie-Laure pasea con su nieto por las calles de París, sin olvidarse de aquellos que dieron tanto por que sobreviviera en el momento más difícil de su vida.