Laura Boyer , la hija mayor de Miguel Boyer , ha fallecido a causa de un cáncer el viernes, 24 de febrero de 2023, a los 57 años. Estudió en el Liceo Francés y se licenció más tarde en Economía, pero ejerció la profesión durante un breve lapso de tiempo, tras el cual se dedicó a su familia. También se licenció en Fotografía y Dirección y Guión Cinematográfico.
Mujer de gran belleza, siempre conservó ese aire dulce que la caracterizaba. Se casó muy joven, con apenas veinte años, con un compañero del colegio, Luis Imedio, el 11 de marzo de 1986. Miguel Boyer ya se había separado de la ginecóloga Elena Arnedo y se había unido a Isabel Preysler y, aunque las relaciones familiares eran tensas, el exministro socialista ejerció de padrino de una boda religiosa que resultó muy tradicional y despertó una gran expectación.
Acudieron ministros, como Solchaga o Fernández Ordóñez, banqueros como Mariano Rubio o personajes de la cultura y la vida social como Pilar Miró y el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón. Laura y Luis tuvieron dos hijos. La pareja se fue a vivir un tiempo a Miami y, después de separarse, Laura se volvió a casar y tuvo gemelos. De esta última relación también se divorció.
Ha sido el mayor de sus hijos el que ha dado la triste noticia de su fallecimiento. La hija de Miguel Boyer vivía en el chalet de El Viso, una exclusiva zona de Madrid, que perteneció a su familia materna. Según fuentes cercanas, murió rodeada de su familia.
Laura siempre tuvo fama de rebelde pero era, sobre todo, una persona sensible. El divorcio de sus padres la marcó profundamente. Al igual que su hermano Miguel, se situó siempre en un segundo plano, a pesar de la notoriedad que alcanzó el matrimonio de Boyer con Isabel Preysler . Un matrimonio que tanto ella como Miguel hijo no aceptaron y que causó tensiones con el exministro.
Nunca tuvieron buenas relaciones con Isabel, ni con su hermana, Ana Boyer, a cuya boda no asistieron «porque Isabel se ha encargado de que no tengamos relación», según comentó la propia Laura a la revista Lecturas, en una de sus escasas entrevistas. Estas tensiones, más o menos soterradas, salieron a la luz cuando Miguel Boyer falleció, en 2014, tras sufrir un ictus dos años antes.
Laura declaró en ABC, tras el fallecimiento, que su padre «era una persona buena, compasiva y generosa», que nunca estuvieron distanciados y que incluso se entendían «telepáticamente». Cuando Miguel Boyer sufrió el ictus, Laura estuvo junto a su padre todos los días que permaneció ingresado en la clínica Rúber de Madrid.
Los dos hermanos admiraban profundamente a su progenitor, pero también a su madre, a la que Laura estaba muy unida, y que falleció en septiembre de 2015, un año después que su padre. Laura tenía también una estrecha relación con su abuela materna, la escritora Elena Soriano. La hija mayor de Boyer mantuvo un blog durante un tiempo titulado «Literatura y vida», en el que reflejaba sus pensamientos sobre temas como el amor, el sexo o las relaciones afectivas.
Cuando el exministro falleció sorprendieron las fotografías del entierro, publicadas por la prensa del corazón, en las que podía verse a Isabel Preysler junto a los hijos de Laura y a Tamara tomándola del brazo, en actitud cariñosa. Se dijo que esas fotos habían sido buscadas por la propia Isabel, para acallar comentarios, y que la relación de los Boyer con la familia de Isabel y con ella misma era inexistente.
La herencia del exministro socialista fue fuente de tensiones, a pesar de que la propia Isabel asegurara a '¡Hola!' que todo se había resuelto sin problemas. El reparto de la herencia tardó cuatro años. Laura no estaba conforme con la asignación de bienes y renunció a su parte. Tanto ella como su hermano habían heredado un cuantioso patrimonio inmobiliario de su familia materna. Lo que les interesaba de la herencia de su padre, que no era nada elevada, eran los objetos personales.
20 de enero-18 de febrero
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