Pedro Piqueras, en un evento. /
Este 20 de noviembre se produjo una auténtica tormenta informativa cuando Vertele dio la primicia de que Carlos Frenganillo , uno de los rostros más prestigiosos de los servicios informativos de TVE, fichaba por Telecinco. No tardaba en llegar el comunicado de Mediaset en el que se anunciaba también la jubilación del icónico Pedro Piqueras , que llevaba vinculado al grupo desde el 25 de enero de 2006 cuando sustituyó a Juan Pedro Valentín.
No tardaba en llegar el comunicado de Mediaset en el que se aseguraba que para las negociaciones con Franganillo se contó con la colaboración directa del propio Piqueras : «El director de Informativos Telecinco dará el relevo a Carlos Franganillo tras anunciar que se retirará de la pequeña pantalla por decisión propia a finales de año, tal y como él mismo acordó con la compañía hace meses», explicaban.
Ahora Pedro Piqueras, un apasionado de su profesión , dispondrá de mucho más tiempo para disfrutar de una vida estupenda personal que se ha construido al lado de su pareja, Esther Barriga. Una relación que han llevado con suma discreción y muy consolidada. Esther no tiene nada que ver con el mundo del periodismo, ya que es licenciada en Farmacia en la Universidad Complutense y en Veterinaria en la Universidad Alfonso X El Sabio.
Hay que recordar que Piqueras estuvo casado una sola vez con Ana, su novia de juventud, y fruto de ese matrimonio nació su único hijo. Curro Piqueras, que es licenciado en Publicidad en la Universidad Antonio de Nebrija. Ha desarrollado esta carrera con éxito y ha pasado por agencias tan importantes como JWT, Bob Comunicación y McCann Worldgroup
Pedro Piqueras hablaba recientemente en el podcast Buenísimo Bien sobre su hijo, quien le había sugerido que participara en él: «Es muy buen creativo y una persona muy discreta. Es un chico estupendo, qué voy a decir yo». Desde hace casi cinco años es director creativo ejecutivo en DUDE:London, donde trabaja para firmas como Activision Blizzard, Netflix, Trainline, Campari y PUMA. Este trabajo llegó después de una etapa de freelance en la capital inglesa, donde se instaló en septiembre de 2018.
Pedro Piqueras, con su pareja, Esther Barriga. /
Hace un tiempo también acudía al programa de radio de Sara Carbonero , donde daba algunas pistas de lo que acababa de suceder. Se pronunció sobre dar un paso al lado para que ocupase su lugar alguien de otra generación: «Se va acercando, o te jubilas o te mueres allí. No puedo ser un tapón para gente que viene y que lo hace muy bien, pero irte por tu cuenta siempre cuesta mucho. Creo que el yoga me ayudará a dejar el periodismo. Como voy viendo las cosas con una paz cada vez mayor, espero no ser esa persona que esté mirando todo el rato lo que dejó».
Entre las aficiones de Pedro Piqueras, además de la arquitectura , una de las más destacadas es la música. No en vano recientemente colgaba en las redes sociales un pequeño vídeo tocando el piano, pero lo que no todo el mundo sabe es que llegó a formar parte de un grupo, Carcoma, con los que grabó un disco, e hizo una colaboración con El Mester de Juglaría, en la canción Salamanca la Blanca, en una época, por cierto, en la que lucía una larga melena.
En El Español han publicado en estos días que Piqueras ha realizado diversas inversiones inmobiliarias, entre las que señalan dos viviendas en Madrid, una en Vitoria, y otra en Albacete, su tierra natal. De orígenes muy humildes, en su infancia trabajó en una tienda de alpargatas de su padre, y en un reportaje en la revista Elle, describía así cómo era la casa en la que pasó los primeros años de su vida: «Era una vivienda pequeña, de adobe, con gallinero y gorrinera. Y un gran patio alrededor. Estaba en un pequeño pueblo al lado de Albacete que hoy es parte del extrarradio de la ciudad«.
En la mencionada revista enseñaba su casa de la sierra de Madrid, donde vive feliz con su pareja. Descubrió por casualidad la parcela en la que está ubicada un día que estaba practicando running, la compró y le encargó la construcción al arquitecto Otto Médem. Ahora su vida transcurre allí plácidamente, como él mismo manifestaba: «Ya saqué provecho de la ciudad todo lo que uno podría desear en cuanto a cines, teatros, copas y vida nocturna, y en estos momentos quiero tranquilidad por encima de cualquier cosa. Además, le he tomado afición a eso de respirar aire puro».