
se les rompió el amor
se les rompió el amor
Alejandra de Rojas vive el peor momento de su vida con una acumulación de acontecimientos inesperada. Al fastidio de los rumores que la señalan como supuesta hija secreta del rey Juan Carlos, se suma la certeza del fin de su matrimonio. Los íntimos de la pareja hablan de una historia de amor romántica a más no poder. Rematada, tenemos que decirlo, por uno de los vestidos de novia más especiales que han aparecido en las páginas del papel 'couché'
Todas las partes han negado con sendos comunicados oficiales que Alejandra de Rojas tenga lazos de sangre con los Borbón: ni el rey emérito Juan Carlos ni la misma hija de Charo Palacios, condesa de Montarco, han querido quedarse callados ante un rumor publicado que no ha encontrado sustento en ninguna prueba. Lo que sí se confirma es la separación de Rojas y de Beltrán Cavero, empresario músico y sobrino de Esperanza Aguirre.
Parece que el abatimiento que mostraba Alejandra de Rojas en los últimos días no tenía tanto que ver con su señalamiento falso como hija secreta del rey Juan Carlos, sino con el fin de su historia de amor. Beltrán Cavero de Carondelet Aguirre y Alejandra se conocieron en 2016 y se casaron en diciembre de 2018, en una de las bodas de inverno más esperadas de la jet set. Él había sido novio de la modelo Laura Ponte. Ella mantuvo una larga relación con Luis Medina, hijo de Naty Abascal.
Ambos llegaron al altar por primera vez y ya con 37 años, con lo que la madurez personal y sentimental se les suponía a ambos. También la estabilidad económica, pues Beltrán Cavero forma parte de una de las familias más poderosas de la aristocracia española y gestiona sus negocios inmobiliarios. Es hijo de Piedy Aguirre, sobrino de Esperanza Aguirre e hijo de Francisco Javier Cavero de Carondelet y Christou, duque de Bailén y marqués de Portugalete.
Beltrán Cavero es empresario musical.
Alejandra de Rojas tampoco le iba a la zaga, tanto por sus emprendimientos profesionales como periodista y empresaria de moda como por su herencia familiar. Tras la muerte de su madre en 2016, recibió junto a su hermano pequeño la titularidad de cinco inmuebles valorados en 3,8 millones de euros y un capital de 4,4 millones. De hecho, la pareja multiplicó su felicidad en 2019 con la llegada de su único hijo, Pepe.
A pesar de que Alejandra ha desarrollado su carrera profesional en los medios de comunicación, como periodista, experta en comunicación y 'socialite-influencer', la pareja ha llevado su relación desde la máxima discreción. De hecho, Beltrán es alérgico a la atención mediática, pese a haber sacado varios singles con su grupo de música, The Hardcore of Beauty. Tras casarse se trasladaron a Toledo, donde fijaron su residencia familiar.
Aunque la separación se ha producido de manera cordial y, de hecho, Alejandra y Beltrán siguen viviendo bajo el mismo techo toledano, la empresaria y socialite ya e stá buscando casa en Madrid, donde reside su familia y amigos. No se esperan grandes sobresaltos en una separación que, por lo que deslizan los allegados, está siendo más triste que problemática. Y los rumores sobre su relación familiar con la casa real no han mejorado la situación.
En realidad, la máxima preocupación de Alejandra Rojas y Beltrán Cavero tiene que ver con suavizar al máximo la situación para que afecte lo mínimo al hijo que tienen en común. La enorme atención de los medios de comunicación hacia la pareja, debido a los rumores que sitúan a Alejandra como hija secreta del rey emérito Juan Carlos, no alarman tanto en sí mismos, como por coincidir con un momento muy delicado en lo familiar.
«Me veo obligada a desmentir de forma tajante mi condición de 'hija secreta' del Rey Juan Carlos, así como todos los comentarios vertidos sobre un supuesto trato especial recibido durante mi infancia o juventud, por esa falsa condición», sostuvo Alejandra de Rojas en el comunicado que pudimos conocer esta semana. De momento, quien no se ha pronunciado en ningún sentido es Beltrán Cavero, al que seguro ni llegaremos a ver en los medios de comunicación aludiendo ni a la familia real ni a su separación.