Alejandra de Rojas, en una imagen de archivo. /
El V conde de Montarco, Eduardo de Rojas y Ordoñez , fue un aristócrata de gran prestigio, vinculado a la historia de España por su papel de fundador de la Falange, y su pasión por la ganadería y el periodismo. Le habría costado imaginar que su nombre aparecería en todos los titulares de la prensa asociado a una presunta hija ilegítima del rey Juan Carlos I.
Quizá lo habría considerado con distancia y sentido del humor, o quizá como un signo de los tiempos, de una sociedad en la que nadie respeta los secretos de familia y todos se lanzan a dar por válido cualquier rumor.
Eduardo de Rojas Ordóñez era el V conde de Montarco. Fue un hombre muy activo en la política, la prensa y la ganadería. Fue amigo íntimo de José Antonio Primo de Rivera. Lucho en la División Azul y forjó una estrecha amistad con Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco y una de las figuras más relevantes de los primeros años del franquismo. También mantuvo una estrecha amistad con don Juan de Borbón.
Su primera esposa, María Pardo-Manuel de Villena y Jiménez, con la que se había casado en 1931, en la Iglesia madrileña de San Jerónimo el Real, tuvo cinco hijos: Blanca, Juan Manuel, Carlos, Fernando y Ana María. María Pardo-Manuel de Villena falleció por un infarto, en 1965. Le gustaban las artes y la literatura y su carácter era opuesto al del conde. El matrimonio ya no iba bien cuando ella murió, pero nunca pensaron que el divorcio fuera una solución. Era algo impensable.
El V conde de Montarco contrajo matrimonio pocos meses después de enviudar. Su segunda esposa, Rosario Palacios, una mujer de personalidad arrolladora, independiente y atractiva, se dedicaba a la moda. Era, entre otras cosas, la modelo favorita del diseñador Elio Berhanyer. Tenía veinte años menos que el conde y el matrimonio nunca encajó bien en la familia.
Del matrimonio de Eduardo de Rojas con Rosario Palacios llegaron al mundo Julio Palacios, nacido en 1969, y Alejandra de Rojas, que nació en 1979. Julio, el único varón tras el fallecimiento de sus hermanos, no puede usar el título de Conde de Montarco. Este ha pasado al segundo hijo de la primogénita del conde, Blanca de Rojas. En 2018 se casó con Beltrán Cavero. Viven en la quinta de Mirabel, en Toledo y tiene un hijo de cuatro años.
Los cinco hijos que el conde de Montarco había tenido con su primera esposa nunca se sintieron cómodos. Hoy, los dos hijos que tuvieron Charo y el conde de Montarco, Julio y Alejandra, no mantienen ninguna relación con la única hija que sobrevive, Ana de Rojas, que, estos días, ha asegurado que Alejandra de Rojas no es hija de don Juan Carlos, pero tampoco de su padre y que todos lo sabían.
«Genéticamente no tiene nada que ver con los Rojas, que somos bajitos y con rasgos indianos. Muchas veces nos preguntábamos de dónde había salido esa belleza», cuenta. Según ella misma nos dice, aceptaron ese segundo matrimonio sin poner objeción alguna y al casarse pasó a ser condesa de Montarco de pleno derecho. Cuando murió el conde, ella pasó a ser condesa viuda y Blanca la VI condesa de Montarco.
El título de conde de Montarco lo heredó la hermana mayor de Ana de Rojas, Blanca, casada con Miguel Zuazo de León, y tras la renuncia del primogénito de ésta, Rodrigo, ahora es el hijo mediano de Blanca, Joaquín, el que ostenta el título. Joaquín está casado en segundas nupcias con Paloma Rados Martín del Río y tienen una hija, Teresa Zuazo Rados.
Ana de Rojas, la hija menor del primer matrimonio de Eduardo de Rojas, escribió una novela sobre los Montarco La Carta Perdida, en 2021. En el mencionado libro escribió la historia ficcionada de las condesas de Montarco, pero solo hasta su madre y la fecha de su fallecimiento en 1965.
Según nuestras fuentes, tanto Ana como sus hermanos opinaban en privado que su padre había perdido el contacto con el mundo de la política y la cultura, que había sido el suyo, para involucrarse más en el de la moda. Es público y notorio que la relación entre los hijos del primer matrimonio del conde y sus hijos no era precisamente óptima, pero estos no se pronunciaron al respecto mientras su padre y la mujer de este seguía viva.
Divorciada hace treinta años, vive retirada en el campo, en Salamanca. Ana de Rojas mantuvo, a pesar de todo, una buena relación con su hermanastro Julio, que nació con seis días de diferencia con uno de sus hijos. Julio pasaba los veranos en Ciudad Rodrigo con ella. Alejandra, su otra hermanastra, también tenía edad similar a la de Adela, otra hija de Ana, e incluso pasaron juntas vacaciones en Sanxenxo.
El V conde de Montarco falleció en 2005, a los 96 años. La familia poseía el Palacio de Montarco, en Ciudad Rodrigo, donde tienen también numerosas fincas. En la actualidad está dedicado a la celebración de eventos. La familia pasaba allí largas temporadas y recibía a huéspedes ilustres como Manuel Fraga o los Duques de Windsor.