Amalia de Holanda en la cena de gala. /
La princesa heredera Amalia de Holanda vivió y estudió el curso pasado en Madrid. Un hecho que su propio padre confirmó anoche durante su discurso de bienvenida a don Felipe y doña Letizia, que se encuentran realizando su visita de Estado a los Países Bajos .
Mientras la princesa Leonor comenzaba su formación militar en Zaragoza, el año pasado vimos con frecuencia a la hija mayor de los reyes Guillermo y Máxima, gran enamorada de nuestro país . Siempre se interpretó como visitas esporádicas –también se especuló con que la joven tuviera un novio aquí–, pero anoche se confirmó que realizó un curso completo en la capital de España.
Así lo explicó Guillermo de Holanda en su discurso de bienvenida a los reyes de España durante la cena de gala celebrada en el Palacio Real de Amsterdam, y en el que agradeció a los monarcas invitados su ayuda durante el difícil año que la princesa Amalia residió en Madrid.
Durante el pasado curso, no fueron pocas las veces que se vio a Amalia de Holanda en Madrid. Ya fuera paseando, comprando o tomando algo en una de sus terrazas cercanas al parque de El Retiro, la heredera se convirtió en una presencia habitual en la capital. Y muchos fueron quienes apuntaron que mantenía una relación sentimental con algún chico de la capital. Pero en realidad residía en Madrid, a donde se había trasladado de manera secreta tras las serias amenazas de secuestro que pusieron en jaque a la Casa Real holandesa.
Amalia, estudiante de un programa en Política, Psicología, Derecho y Economía en la Universidad de Amsterdam, pudo seguir el curso a distancia gracias a un acuerdo de intercambio del exclusivo Instituto de Empresa (IE). Y contó con los reyes Felipe y Letizia como «cómplices» fundamentales para mantener todo el secretismo y seguridad posibles.
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También Máxima de Holanda venía a Madrid con frecuencia, por lo que las imágenes de madre e hija paseando o tomando algo se convirtieron también en algo recurrente. Pero es que es sabido que la monarca de origen argentino siente especial predilección por España, un país que le resulta muy cercano no solo a nivel de idioma sino porque fue en la feria de Abril de hace 25 años donde conoció a su hoy marido, el rey Guillermo. De hecho, y hoy todo cuadra, la princesa Amalia acudió también a la famosa Feria el pasado año cuando ya estaba estudiando en Madrid.
La reina Máxima de Holanda junto a su hija, la princesa Amalia. /
«El año pasado las circunstancias hicieron que residiera en Madrid. Y desde allí pudo continuar sus estudios en la universidad de Ámsterdam. Todo ello fue posible gracias a la afectuosa dedicación de un gran número de sus conciudadanos y de sus Majestades. Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a sus Majestades», afirmaba agradecido ayer el monarca holandés.
En la capital, la hija mayor de Guillermo y Máxima, que por cuestiones obvias habla español perfectamente (su madre es argentina), disfrutó de un curso maravilloso y muy diferente al que habría tenido que vivir de haberse quedado en Holanda. Aquí, Amalia consiguió mantener su situación real en secreto, no sin realizar grandes esfuerzos. Por motivos de seguridad, la joven estuvo midiendo sus pasos en todo momento, y no podía salir a la calle tanto como le habría gustado. La heredera, asesorada por las autoridades de su país, y también por las españolas –incluidos los reyes Felipe y Letizia–, mantuvo siempre un perfil muy bajo durante el tiempo que residió en Madrid.
Amalia de Holanda junto a su padre, el rey Guillermo. /
Se evitaba ante todo evidenciar que residía aquí de forma permanente para garantizar así su seguridad, ya que la joven –y su familia al completo– acusaba la grave situación de amenaza real de secuestro por la que atravesaba. En 2022 el nombre de la heredera al trono apareció entre los objetivos de la Mocro Maffia, la organización de narcotraficantes más peligrosa de Holanda. Considerando estos hechos como una amenaza real, la joven tuvo que dejar su piso de estudiante del centro de Amsterdam para trasladarse a vivir a una de las residencias oficiales de la Familia Real y con la prohibición de salir.
Una situación muy dura para la joven agravada con el hecho de que el equipo de seguridad del Estado era insuficiente para garantizarle la seguridad que su situación reclamaba. Por eso, cuando al año siguiente, en 2023, la princesa pudo mudarse a Madrid para seguir con su vida de estudiante de u na forma más libre y divertida, Amalia pudo por fin respirar tranquila tras meses de verdadera angustia y encierro.
No es de extrañar por tanto que su padre aprovechara el discurso de anoche para agradecer a don Felipe y a doña Letizia su apoyo todo este tiempo, como tampoco extraña que la princesa heredera haya escogido la visita de los monarcas españoles para estrenarse en una cena de gala . La buena sintonía entre ambas monarquías es más real que nunca.