drama royal
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A Meghan Markle le llegó la popularidad intoxicada. Estaba acostumbrada a que la asediaran por la calle por su papel como actriz en la serie estadounidense Suits, pero cuando irrumpió en la casa Windsor lo que le aisló fue el miedo. La duquesa de Sussex empezó a recibir amenazas de muerte.
La americana de 41 años estuvo recibió mensajes «muy reales y repugnantes», según ha confirmado la policía británica. Muchos de ellos escritos los mandaban personas de extrema derecha y eran racistas, según comentó un entonces jefe del cuerpo antiterrorista, Neil Basu. Comenzaron las investigaciones y algunos culpables acabaron procesados, como añadió en el programa Channel 4 News.
La noticia es una crítica directa a una familia real que, según el príncipe Harry, se hizo la esquiva ante el sufrimiento de su mujer. Su padre, Carlos III, decidió retirarles los servicios de seguridad para acortar gastos. La pareja los necesitaba con urgencia, y ese tira y afloja acabó por cortar la tensa cuerda que les unía a los Windsor.
El debate sobre la mirada distante de la corona ante problemas de discriminación se ha aderezado aún más por los comentarios de lady Susan Hussey. La dama de Isabel II acaba de dimitir tras haber preguntado insistentemente a una mujer negra de dónde era.
La afectada fue Ngozi Fulani, fundadora una organización sin fines de lucro que apoya a mujeres y familias afectadas por abuso doméstico llamada Sistah Space. Compartió lo ocurrido en redes sociales y funcionó como una bomba imposible de desactivar. La familia real volvía a estar en el punto de mira.
El príncipe Harry vivió las amenazas con un profundo dolor y una inevitable sensación de déjà vu. Le costaba ver a su mujer sufrir hasta el nivel de desear su muerte, como llegó a confesar en 2021 ante la periodista Oprah Winfrey.
Al duque se le atascaban también sus propios recuerdos. Le aflige hondamente pensar en que sus seres queridos pierdan la vida. Revive lo que le ocurrió a su madre, Diana de Gales, que falleció en un accidente de coche en 1997. Esos días aún despiertan en él traumas; todo quedó grabado, televisado, fotografiado. Su trauma está documentado. Y tiene una fuerte conexión con lo que le ocurre a su esposa.
Harry, de 38 años, lo explicó en el documental sobre salud mental que grabó junto a la estrella Oprah. El yo que no ves, de Apple TV, le sirvió de confesionario. «Mi madre fue perseguida hasta la muerte mientras se encontraba en una relación con alguien que no era blanco, Dodi Al Fayed. Ahora mira lo que ha ocurrido. ¿Hablamos de la historia repitiéndose? No van a parar hasta que ella muera», admitió el príncipe Harry sobre la situación de su mujer.
Meghan Markle y el príncipe Harry.
Los sucesos le devolvieron a una herida que consideraba cerrada. «Me lleva de vuelta a lo que experimenté cuando era niño, pero fue a una profundidad completamente nueva con Meghan. Los comentarios no solo llegaban los medios tradicionales, sino también con las plataformas de redes sociales». Los tiempos cambiaban y el problema persistía. «Me sentí completamente impotente», recordaba.
La relación con su mujer, cuya madre es negra, ha volcado al príncipe en la lucha de igualdad de derechos. Por eso, hace dos años, durante la ceremonia de los Premios Diana, defendió su causa: «El racismo institucional no tiene cabida en nuestras sociedades, pero sigue siendo endémico».
Durante el acto de la organización benéfica para jóvenes creada en honor a su difunta madre, se dirigió directamente a los jóvenes. Según publicó Asociated Press, dijo que Diana habría estado «luchando en su esquina» si todavía estuviera viva: «Como muchos de ustedes, ella nunca tomó el camino fácil, ni el popular, ni el cómodo. Pero defendió algo y defendió a las personas que lo necesitaban».
El agente Neil Basu, de ascendencia india, percibió en su piel los estragos de la discriminación y criticó a los políticos de su país que no se mojaban con el tema o lo avivaban. Previamente, el duque de Sussex también había denunciado en público la cobertura sobre Meghan en algunos medios y «los comentarios de los troles».
Para más inri, la pareja acusó de racismo a un miembro anónimo de la propia familia real, en la explosiva entrevista con Oprah Winfrey. El escritor Christopher Andersen señaló a un culpable, Carlos III. En su libro Brothers and Wives: Inside the Private Lives of William, Kate, Harry and Meghan explicó que el rey le preguntó a Meghan cómo anticipaba que serían sus hijos.
La reina consorte, Camilla Parker-Bowles, se adelantó e hizo acopio de sensatez. Dijo, con naturalidad: «Serán hermosos, por supuesto». Pese a esa ayuda, Carlos volvió a caer. Aclaró que no estaba hablando de belleza, y agregó la perla: «Quiero decir, ¿cómo crees que será la piel de vuestros hijos?».
Los duques de Sussex han denunciado en numerosas ocasiones el racismo insitucional.
Los duques encontraron su propio refugio, los Estados Unidos. Allí estaban a salvo del del heredero, príncipe Guillermo; su mujer, Kate Middleton, y de todos los demás. Pero los viajes de vuelta al Reino Unido, como tras la muerte de Isabel II, les generan pavor. Como describe El Mundo, Harry desató una guerra silenciosa al asegurar que no se sentía «seguro» cuando traía a su país natal a sus dos hijos, Archie Harrison (3 años) y Lili Diana (1 año).
Los señalamientos de Harry le han estallado en la cara o, al menos, en su imagen. Durante muchos años, el equipo de seguridad contratado en Estados Unidos no tenía acceso a los informes de inteligencia o jurisdicción en territorio británico. No había manera de comprobar sus palabras.
Para algunos, los comentarios del príncipe eran síntoma de un comportamiento engreído, típico de un royal que quería la atención mediática y el poder. Quizás haya un cambio de opinión, porque los proyectos que los duques de Sussex tienen entre manos están enfocados en eso: quieren mostrarse al natural.
Los duques de Sussex tienen otra oportunidad para confesarse frente a las cámaras en un documental (aunque aún no está claro si pasarán por todos los temas de puntillas, como ha pasado en numerosas ocasiones).
El portal de la industria estadounidense Deadline ha anunciado que Netflix, la plataforma donde estará disponible, ha decidido posponer su estreno 2023. Y el motivo parecen ser las numerosas críticas a la quinta temporada de The Crown.
Sin embargo, Page Six defiende que el documental está programado para estrenarse el 8 de diciembre. Será producido por Harry and Meghan's Archewell Productions y capitaneado por la directora Liz Garbus, dos veces nominada al Premio de la Academia y ganadora del Emmy.
Vídeo. Meghan Markle, ¿la nueva Diana de Gales?
Lo poco que podemos adelantar viene del tráiler, donde se escucha a Harry: «Nadie ve lo que sucede detrás de puertas cerradas. Tuve que hacer todo lo posible para proteger a mi familia». Su mujer añade el motivo de la serie: «Cuando hay tanto en juego, ¿no tiene más sentido escuchar nuestra historia de nosotros?».
El programa vende que serán como si los espectadores entraran en la casa de la pareja. Habrá comentarios de amigos, familiares que jamás habían contado en público lo que presenciaron, e historiadores que analizan el estado actual de la Commonwealth británica y la relación de la familia real con la prensa.
El tema principal? El amor entre Harry y Meghan. Para el resto de dudas (¿hablarán con honestidad de sus problemas o será como una película navideña de media tarde?) habrá que esperar.