NOVIA A LA FUGA Así fue la boda de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón: vestido de Balenciaga, royals de segunda y un matrimonio sin amor que fracasó

Carmen Martínez-Bordiú tenía 21 años y Alfonso, 37 cuando se casaron hace ya 51 años. La nieta mayor de Franco quería huir de la conservadora y atenazante vida familiar, pero aquel matrimonio fue un error desde el principio, según ella misma ha confesado.

Elena Castelló
Elena Castelló

El padrino de la boda de Carmen Martínez Bordiú y Alfonso de Borbón fue Francisco Franco , abuelo de la novia (era su nieta mayor, su «ojito derecho» y la primera en casarse), y la madrina, Emmanuela Dampierre, madre del novio. Fue un gran acontecimiento social, privado y familiar, pero organizado con el protocolo de una boda de Estado.

Aquel 8 de marzo de 1972 congregó a la familia, a ministros, empresarios y aristócratas en la capilla del Palacio de El Pardo. Alfonso de Borbón Dampierre, era hijo mayor del infante don Jaime, nieto del rey Alfonso XIII y primo carnal del entonces príncipe Juan Carlos .

Algunos pensaron en él como sucesor de Franco, pero el generalísimo ya había nombrado para ese papel a Don Juan Carlos, tres años antes. Aún así, hubo quien dio vueltas a la idea de que Carmen acabara siendo reina de España. Pero había otro inconveniente: don Jaime, hijo de Alfonso XIII, había renunciado, para él y para sus descendientes, a su derecho al trono por una sordera que padecía desde niño. Más tarde trató de hacer valer sus derechos en numerosas ocasiones, pero sin éxito.

Carmen Martínez Bordiú, con vestido de novia de Balenciaga, el día de su boda con Alfonso de Borbón.

Se invitó a todas las casas reales, pero solo acudieron los príncipes de Mónaco, las princesas Cristina y Desirée de Suecia o Geraldine de Albania. Carmen lució un espectacular diseño de Balenciaga en raso de seda y aplicaciones con perlas que simulaban motivos florales, y una tiara de esmeraldas, regalo de sus abuelos, sobre un elegante recogido alto. La propia Carmen contó años después que ella no participó en un solo preparativo, que no le interesaron, y que la víspera del enlace la pasó en su clase de sevillanas con un grupo de amigas.

Así fue la historia de (poco) amor de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón

Carmen y Alfonso se habían conocido en Suecia, donde estaba destinado Alfonso como embajador, en un viaje que había hecho ella con sus padres. Entonces, Carmen tenía 19 años y Alfonso, 35. Se habían visto cuatro o cinco veces cuando él le pidió matrimonio. Los Franco alentaron el noviazgo. Carmen se sintió feliz. Los meses previos al enlace fueron como un cuento de hadas para ella. Todo eran fiestas, cenas y almuerzos organizados para festejar a los novios.

Carmen Martínez Bordiú, Alfonso de Borbón y Francisco Franco. / DR

Desde el compromiso, sus padres dejaron de vigilarla estrechamente, como solían, y podía entrar y salir con libertad. «Yo era la mujer más ilusionada y enamorada del mundo, aunque nos hubiéramos visto muy poco», confesaba Carmen años después. La realidad es que aquel entusiasmo no era amor y que aquel compromiso matrimonial, que encantaba a las dos familias, apenas duró unos meses, mientras llegaban los hijos. Ambos buscaban cosas distintas en aquel enlace.

Carmen ya había vivido varios amores: primero con el jinete Jaime Rivera y, luego, con Fernando Baviera y Mesía, casado y quince años mayor, con el que se había escapado a Niza para escándalo de la familia. Pero la nieta de Franco quería vivir la vida lejos del ambiente ultraconservador que la rodeaba. Pensó, erróneamente, que Alfonso le ayudaría a conseguirlo. Pero Alfonso buscaba la estabilidad de una vida familiar que no había conocido durante su infancia, tras el divorcio de sus padres.

Ocho meses después de la boda nació su primer hijo, Francisco de Asís. La pareja regresó de Suecia y se instaló en Madrid. En 1974, nació su segundo hijo, Luis Alfonso . Pero Carmen se sintió igual de encerrada que cuando era adolescente.

Como ella misma ha reconocido más tarde, ese matrimonio nunca debió celebrarse. No tenían nada que ver el uno con el otro. Carmen era guapa, vitalista y muy sociable, con muchas ganas de conocer el mundo. Alfonso era un hombre serio, siempre con un halo de tristeza, traumatizado por el difícil divorcio de sus padres.

Nulidad matrimonial, romances polémicos y la trágica muerte de su hijo

Carmen y Alfonso, muerto ya Franco, iniciaron los trámites de separación en 1979. Carmen había dejado a sus hijos en Madrid y se había instalado en París con un hombre 30 años mayor que ella: el anticuario Jean-Marie Rossi, al que había conocido en 1977, durante un crucero, en la ciudad italiana de Bari. Fue una gran pasión amorosa para Carmen.

Carmen Martínez Bordiú y Alfonso de Borbón con sus dos hijos, Francisco de Asís y Luis Alfonso.

En 1983, Carmen y Alfonso obtuvieron el divorcio, que confiaba la custodia de los dos hijos, Francisco de Asís y Luis Alfonso, a Alfonso de Borbón, algo que la sociedad española interpretó como un abandono de sus deberes como madre por parte de Carmen. La nulidad matrimonial llegó en diciembre de 1986. En la sentencia eclesial, se dice que Carmen era inmadura y caprichosa. La relación con Rossi duró dos décadas. Alfonso nunca aceptó aquella ruptura y pensó durante años que Carmen regresaría. Pero no fue así.

Luego llegó el gran golpe en la vida de Carmen : la muerte en un accidente de coche de su hijo mayor Francisco de Asís, de 11 años. Conducía su padre, a la vuelta de un viaje de ski, y se saltó un semáforo, chocando contra un camión. Su hermano Luis Alfonso sobrevivió. Ella misma ha declarado que no derramó ni una lágrima. «Cuando un dolor es tan fuerte se te secan las lágrimas», le contaba a Bertín Osborne hace unos años.

Tras varias relaciones, con los empresarios Roberto Federici, José Campos y Luis Miguel Rodriguez, Carmen ha rehecho de nuevo su vida su vida, a sus 72 años, en Portugal, junto a Tim Mackeague, un «coach australiano», de 35 años, alejada de la vida pública. Su tiempo lo distribuye entre las visitas a sus hijos, en Burdeos, donde vive Cynthia, y España, donde vive Luis Alfonso con su familia.

20 de enero-18 de febrero

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