Angela Kelly , la estilista y mano derecha de Isabel II durante más de veinte años ha abandonado la casa que la reina le cedió en los terrenos de Windsor. Ha sido Carlos III quien le ha obligado a hacerlo, incumpliendo la voluntad de su madre. El objetivo de Carlos es «adelgazar» el número de personas con privilegios reales.
Pero el rey ha tomado una decisión salomónica: ha realojado a Angela en una casa cerca de Sheffield a cambio de que ésta no vuelva a desvelar ningún detalle más sobre los años que pasó con Isabel II, tras los dos libros que público en los últimos años.
La mudanza de Angela Kelly tuvo lugar el pasado domingo 21 de mayo, cuando varios camiones aparcaron delante de su cottage de Windsor. La antigua vestidora y estilista de Isabel II contó con la ayuda de algunos sobrinos y nietos. Las fotos la muestran vestida con un top estampado, pantalones negros y botas y guardando algunos de sus efectos personales, como un espejo, una jardinera, varios cojines, algunos árboles de su jardín cuidadosamente embalados, incluso un colchón.
La reina la estimaba hasta tal punto que creo expresamente el título de «asistente personal, consejera y conservadora de su majestad» para ella. La propia Kelly, hija de un estibador de Liverpool, se extrañaba de su estatus, según reveló en alguno de sus libros autobiográficos: nadie estaba tan cerca de Isabel como ella. Una vez fallecida Isabel, Angela se ha visto sola y sin apoyos.
Desde la muerte de Isabel II, en septiembre de 2022, se cambiaron las cerraduras de los apartamentos de la reina, para que Angela no pudiera acceder, mientras la línea profesional de su teléfono era desconectada. Finalmente, se le rogó que abandonara el «cottage» de Windsor, en el que vivía desde hacia un tiempo.
Sin embargo, Carlos III también ha querido respetar, de alguna manera, la larga amistad de 20 años de su madre con Angela Kelly, que fue su gran apoyo antes de morir, y le ha ofrecido a Kelly el usufructo de una casa en Peak District, un parque nacional en el norte de Inglaterra, entre Manchester y Sheffield. Es lo que se llama una «casa de gracia», que retornará a la Corona cuando Angela muera.
Pero Angela ha tenido que entregar algo a cambio: un acuerdo de confidencialidad, que le impide divulgar públicamente su amistad con la reina fallecida además de cualquier otra relación con los Windsor. Ya no podrá utilizar esta parte de su vida para fines comerciales, como había hecho hasta ahora, con la publicación de dos libros, en los que contaba su relación con la reina. Sorprendentemente, Isabel II le había permitido hacerlo.
No ocurrió lo mismo con otras personas a su servicio, como la gobernanta Marion Crawford, que había cuidado de Isabel y de su hermana Margarita, y que fue aislada de la corte al publicar un libro de recuerdos muy cariñoso, titulado «Pequeñas princesas».
Kelly tenía la autorización de la difunta reina para escribir un tercer libro, pero Carlos III se lo ha impedido, temiendo que esta tercera obra, ya acordada con la editorial, pudiera revelar detalles demasiado íntimos de su madre. Angela tiene un fuerte carácter que no solo le valió amistades en Buckingham: en palacio tenía el apodo de AK47 –en referencia a la ametralladora y las siglas de su nombre–, por sus cambios de humor, a veces muy pronunciados. Muchos desconfiaban de ella o le tenían celos.
La propia estilista anunció en su cuenta de Instagram hace varias semanas que abandonaba Windsor, y escribía. «Soy demasiado vieja para preocuparme de quién me quiere y quién no. Tengo cosas más importantes que hacer». Un portavoz de Palacio aseguró que el rey Carlos III no era una persona «sin corazón», a pesar de los rumores que habían circulado en los últimos meses acerca de Angela Kelly. «Su majestad no quiere ver a nadie sin casa, especialmente alguien que ha sido tan leal», añadía.
Angela Kelly conoció a la reina cuando trabajaba en la embajada británica en Alemania y se convirtió en una de las personas más poderosas del entorno de Isabel II, lo que suscitó suspicacias. El rey Carlos III le impuso, sin embargo, un reconocimiento, nombrándola Comandante de la Orden Victoriana.
20 de enero-18 de febrero
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