El plantón de Letizia a Victoria López-Quesada: por qué la reina será la gran ausente en la boda royal del año

Una vez más, como ha hecho desde que su marido subió al trono hace diez años, la reina Letizia va a declinar su invitación a una boda que no sea 100% royal. La esposa de Felipe VI será la gran ausente en el 'sí, quiero' de Victoria López-Quesada y Borbón-Dos Sicilias y Enrique Moreno de la Cova que tendrá lugar este sábado en Madrid. A la boda sí acudirán otros representantes de los Borbones, como previsiblemente el propio monarca, padrino de la novia, amén de la Reina Sofía y las infantas Cristina y Elena. También se espera la presencia de Victoria Federica, gran amiga de su tocaya.

¿Y dónde estará la reina Letizia mientras los novios pasan por el altar? ¿Quizá en Noruega para asistir a la boda de Marta Luisa de Noruega ? Pues no, pero sí que en su agenda tiene programado un viaje a al extranjero. La asturiana estará de regreso en París, en esta ocasión para apoyar a nuestros deportistas en los Juegos Paralímpicos.

Se prevé que la reina viaje a la capital francesa el 30 de agosto para estar presente en algunas de las pruebas en las que participen atletas españoles y regrese a Madrid el 2 de septiembre. La fecha elegida para este viaje ha estado seguramente condicionada por el ingreso de la princesa Leonor en la Escuela Naval de Marín, que tendrá lugar el 29 de agosto. Como ya hicieran en Zaragoza, sus padres querrán estar presentes para despedir a la heredera al trono antes de esta nueva etapa en su formación militar.

Como decimos, la trayectoria de la reina Letizia en cuanto a bodas plebeyas en la última década no auguraba nada bueno con respecto a su presencia en la ceremonia este fin de semana. Recordemos que ya le dio un sonado plantón al rey Felipe este verano cuando no se presentó en el enlace la hija de Jaime Alfonsín. El monarca acudió solo al ágape posterior al enlace, que tuvo lugar en la finca El Soto de Mozanaque, precisamente donde se celebrará también el convite de Victoria López-Quesada.

Llamativa fue también la ausencia, en este caso de ambos reyes, en otra de las grandes bodas del año, la de Teresa Urquijo y José Luis-Martínez Almeida , que sí contó con una nutrida representación de miembros de la familia real, dado el parentesco con los Borbón de la novia.

Doña Letizia, en cambio, sí acudió a varios enlaces cuando todavía era princesa de Asturias. El primero fue en marzo de 2004, con motivo de la boda de su prima Abigail Rocasolano, que tuvo lugar en Boadilla del Monte. Ese mismo año también la vimos en el 'sí, quiero' de Fernando Gómez Acebo , el hijo menor de la infanta doña Pilar, con Mónica Martín Luque. Estar embarazada de ocho meses de la princesa Leonor no le impediría acudir también a la boda de Álvaro Fernández Araoz Gómez Acebo y Nathali Picquot. Finalmente, en 2006 se dejó ver en la boda de Bianca Labriola y Christof Von Reiche y en 2012, en la del gran amigo del Rey Felipe, Álvaro Fuster, y Beatriz Mira.

En los últimos años, la reina Letizia ha impactado con sus looks de invitada en varias bodas que han reunido a lo más granado de la realeza de todo el mundo. Después de codearse con las cabezas coronadas en el enlace de Federico y Mary de Dinamarca, pocos días después acudía a la de Hamzah de Jordania, aprovechando su luna de miel en el país de Oriente Medio.

En 2010 vimos a los reyes en la boda de la princesa heredera Victoria de Suecia y Daniel Westling y también en la de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik. En 2012 acudieron a la de Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie de Lannoy, pero sin duda el plato fuerte fue el 'sí, quiero' del príncipe Guillermo y Kate Middleton , donde Letizia deslumbró con un diseño de muselina y tul, de color gris lavanda, con escote palabra de honor y falda larga de línea años 50 con bordados florales.

Sin embargo, parece seguro que no la veremos en la que apunta a ser la última boda royal de este año. Salvo sorpresa de última hora, no estará entre los invitados que vean casarse en Atenas a la princesa Teodora de Grecia y al abogado Matthew Kumar . Una boda que arrastra un gran gafe, ya que de momento los novios han intentado hasta en tres ocasiones pasar por el altar, todavía sin éxito.