la batalla de mogadiscio

La docuserie que arrasa en Netflix sobre una de las mejores películas bélicas de este siglo: la realidad detrás de Black Hawk Derribado

La productora de Ridley Scott, que dirigió el largometraje, se encuentra detrás de Cómo sobrevivimos a la caída de los Black Hawk, una miniserie de tres episodios que construye su relato a partir de los testimonios de los soldados estadounidenses y de milicianos somalíes.

Carmen Gordon en una imagen de Cómo sobrevivimos a la caída de los Black Hawk,, la docuserie de Netflix sobre la batalla de Mogadiscio en la que se basa la película de Ridley Scott. / netflix

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

Hollywood ama los largometrajes basados en hechos reales y, entre todos ellos, las historias de superación personal y aquellas que transcurren en periodo de guerra son sus favoritas. En estas últimas siempre destaca el despliegue técnico y los retratos de héroes desconocidos, aunque son producciones que no están exentas de polémica. Como la que rodeó Black Hawk Derribado (2001), un film que, a pesar de todo, es para muchos una de las mejores películas bélicas de este siglo. Y que ha regresado a la actualidad gracias a una docuserie que ya arrasa en Netflix.

Con una recaudación que duplicó su presupuesto de 90 millones de dólares, la película dirigida por Ridley Scott fue recibida con entusiasmo por el público y con recelo por aquellos que desconfían de los relatos que solo muestran un lado de la historia. Porque los 18 soldados que murieron en la operación recibieron su homenaje con la cinta, pero nadie escribió una historia sobre los centenares de muertes que causó entre la población local.

Tal vez al director de la cinta también le quedó un regusto amargo, y ahora su productora ha estrenado en Netflix la miniserie documental Cómo sobrevivimos a la caída de los Black Hawk. Compuesta por tres episodios, la producción cuenta con los testimonios de varios de los Rangers del Ejército que participaron en la operación y un integrante de las Delta Force. Pero también con hombres que formaban parte de la milicia somalí y mujeres que se vieron inmersas en el enfrentamiento entre ambos involuntariamente.

La hambruna que llevó a EEUU a Somalia

Los hechos que Scott llevó al cine, y que se basaban en un libro escrito por el periodista Mark Bowden, arrancaron unos años antes, cuando la ONU y Estados Unidos decidieron, en 1992, enviar ayuda a Somalia, un país sumido en una lucha de facciones que llevó a la población a la hambruna. Sin embargo, y a pesar de las necesidades de la población, los líderes animaron a los milicianos a luchar contra las fuerzas internacionales, algo que situó en el objetivo de las fuerzas estadounidenses a uno de ellos, Mohamed Farrah Aidid.

Un helicóptero Black Hawk como los que Estados Unidos utilizó en los años 90 en somalia y que aparece en la recreación que hace la productora de Ridley Scott de los hechos. / netflix

El 12 de julio de 1993 Estados Unidos llevó a cabo una operación de ataque, en la que lanzó 16 misiles contra la casa en la que creían que se encontraba Aidid. Pero el líder somalí no apareció entre los más de setenta muertos que causó la operación y el descontento con la labor del ejército estadounidense incrementó, indignados por la cantidad de mujeres y niños que fallecieron. Poco después Clinton, ante los ataques que sufría su ejército, ordenó desplegar fuerzas especiales en el país, incluidos varios centenares de Rangers e integrantes de las Delta Force.

Fueron ellos los que se desplegaron el 3 de octubre en una operación que tendría lugar en el centro de Mogadiscio, muy cerca de una escuela y un mercado local, para detener a dos de los asesores de Aidid. Una misión que tenía que durar apenas unos minutos y que, sin embargo, se alargó durante horas a causa de varios incidentes pero también de la resistencia armada que encontraron en la población somalí.

Algo que no se parece a nada

Para narrar esta batalla, la docuserie de Netflix cuenta con el testimonio de varios soldados pertenecientes a los Rangers, y uno de los integrantes de las Delta Force. Los primeros no dudan en afirmar que se unieron a esta fuerza porque no sabían qué hacer con su vida y que, cuando llegaron a Somalia, eran unos críos. Una sinceridad que se mantendrá a lo largo de los tres episodios y en la que revelan los miedos que les atenazaron aquel día, el dolor que les produjo la pérdida de sus compañeros y la rabia por el desenlace de la operación.

Tom Satterly, que formaba parte de los Delta Force cuando fue enviado a somalia y participó en la batalla de Mogadiscio. / netflix

A diferencia de la película, sobre la que la comunidad somalí residente en Estados Unidos invitó al boicot, en la miniserie de Netflix Jack MacInnes, su director, cuenta con el testimonio de dos de los integrantes de la milicia somalí, pero también con el del hombre que pasó de ser cámara en fiestas y bodas a ser reportero de guerra, con el único fin de dejar para las generaciones futuras un testimonio sobre lo que sucedía en su ciudad.

Pero, como el propio conflicto, MacInnes también cuenta con el relato de varias mujeres, como Saido Mohammed y Halima Weheliye. La primera se puso de parto el mismo 3 de octubre y tuvo que ver, con su bebé en brazos, cómo su casa se convertía en el refugio de los Deta Force. La segunda era, por aquel entonces una niña, y comparte en la cinta los sentimientos que causaron en ella la llegada de los estadounidenses a su país y el terror con el que vivió la aciaga jornada.

Halima Weheliye, una de las mujeres que aparece en la docuserie, en una imagen de Cómo sobrevivimos a la caída de los Black Hawk. / netflix

La imagen que ofreció la película de heróica y comprometida supervivencia contrastó entonces con las críticas que recibió. Y gracias a Cómo sobrevivimos a la caída de los Black Hawk el heroísmo se combina también con el miedo que sintieron aquel día. Y con la desazón que experimentaron cuando, poco después de vivir lo que uno de ellos calificó como «algo que no se parece a nada» a lo que vivió en el resto de su carrera militar, Estados Unidos decidió retirarse del territorio somalí. «Mis amigos habían muerto y querían retirarse. Eso es desperdiciar vidas», sentencia el miembro de los Delta Force Tom Satterly.