Meghan Markle y el príncipe Harry. /
El documental del príncipe Harry y Meghan Markle ya ha suscitado críticas de los espectadores (de toda índole) en las redes sociales. Los tres primeros capítulos han generado las dudas de por qué los duques de Sussex critican a la familia real, pero mantienen sus títulos; por qué se habla de verdades inespecíficas y acusan sin detallar, y por qué han utilizado la plataforma de Netflix para «hacerse las víctimas» (obvian sus privilegios y culpan a la prensa).
Una de las primeras imágenes que aparece en pantalla es un mensaje que anuncia que episodios se han creado ajenos a Carlos III, el príncipe Guillermo y el resto de los Windsor. La frase es: «Los miembros de la familia real se negaron a comentar sobre el contenido de esta serie». También aclaran que la grabación dio por concluida el pasado agosto, un mes antes de la muerte de Isabel II.
Horas después del estreno se ha desmentido desde el palacio de Buckingham que los trabajadores de la serie contactaran con la familia. Recibieron un correo de una productora externa, pero nada de comunicación por parte de Netflix o la fundación de la pareja, según Vanity Fair.
Los duques de Sussex. /
No obstante, los miembros de la monarquía han apostado por la política de «aquí no ha pasado nada». Ante la crisis, mirar a otro lado. Era el lema de la fallecida Isabel II, una frase heredada del que fue primer ministro del Reino Unido, Benjamin Disraeli: «Never complain, never explain» (nunca quejarse, nunca dar explicaciones).
Por el momento, los tremendos conflictos que quebraron la familia e hicieron que el hijo de Diana de Gales se mudara a Estados Unidos con su mujer e hijos parecen vaguedades. Solo queda claro el problema de racismo estructural, pero los duques intercalan frases que sentencian con dejar a la audiencia en vilo.
Por ejemplo, cuando el príncipe Harry suelta: «Nadie sabe toda la verdad. Nosotros sabemos la verdad. La institución lo sabe y la prensa lo sabe». ¿A qué se refiere? De ahí saltan a hablar de su amor y la única que materializa algo con claridad es su mujer cuando habla de su familia plebeya. Confiesa que su padre, Thomas Markle, posó en unas fotos manipuladas a cambio de dinero a escasos días de su vida (es un adelanto de los próximos capítulos).
La desilusión hizo que Meghan llamara a su padre. Solo escuchó los pitidos, nadie cogió el teléfono. El director estadounidense había hablado con el medio de cotilleos TMZ. «Me enteré de que no iba a venir a la boda por los tabloides y luego me dijeron que estaba en el hospital». Más problemas: el padre había sufrido un infarto.
Imágenes del documental de Meghan y Harry. /
Las repercusiones de su documental han llegado a las altas esferas, y a algunos les ha parecido un intento de lavar su imagen. Una de las más duras ha sido Sabine Getty, diseñadora de joyas de la alta sociedad que ha asistido a algunos eventos de la familia real como la boda de Eugenia de York (la prima y amiga de Harry).
En Instagram, Sabine se ha lanzado a defender al hermano mayor y heredero: «Harry repite que es de la realeza y que su madre es Diana de Gales. Vale, pero también es la madre de Guillermo. Lo que pasa es que él no comercia con su nombre por dinero como él», sentencia. Y recomienda Harry deje de comparar a su mujer con su madre: «A Diana le preocupaban los demás. A Meghan solo ella misma».
A nadie le sorprendió que los periódicos contemplaran de cerca al nuevo personaje de moda, Meghan Markle. «La mayor parte de mi familia había pasado por eso. Es como un rito de iniciación. Todos me decían: 'A mi mujer le ha pasado, ¿por qué iba a ser diferente con tu novia? ¿Por qué habría que protegerla?'. La diferencia, les decía, es la raza».
Pasó una semana y un día después de la anunciación de su relación y Harry ya publicó un comunicado: criticaba los comentarios sobre la piel de su novia y pedía que la defendieran. «Mi trabajo es mantener a la familia segura», resume. Su otra responsabilidad era «destapar la explotación y soborno que hay en los medios».
La duquesa afirma en el documental que su entrevista con la BBC en 2017, planteada para hablar de su compromiso, no fue más que un « reality show orquestado». «No se nos permitió contar nuestra historia», denunció sobre su conversación con la periodista Mishal Husain.
Vídeo. Enrique de Sussex, el verdadero heredero de Diana.
Por su parte, los periódicos internacionales como el Thelegraph han señalado que muchas de las escenas son irrespetuosas para la memoria de la reina fallecida, Isabel II. Un trabajador de palacio ha llegado a decir que es un alivio que la reina «ya no esté», porque se ahorra enfrentarse a ver el documental.
Lo más comentado ha sido una una imagen en la que Meghan bromea acerca de que no sabía cómo hacer una reverencia a la abuela de su marido. Recrea la escena con exageración, ante la mirada incómoda de Harry. Para el escritor y ex miembro del parlamento del reino Unido Gyles Brandreth, ese gesto es « burlón» y « vergonzoso».
Mientras, el rey Carlos se ha ido de viaje al sur de Inglaterra, a Luton, para encontrarse con con varios líderes de la sociedad civil. La reina Camilla ha inaugurado las fiestas de Navidad con algunos niños hospitalizados en Clarence House. Los príncipes de Gales irán a un concierto de villancicos la próxima semana. El hermano mayor parece ser el único que ha dado réplica, según Semana. «Me defenderé», ha confirmado. ¿Otro documental?