Con el paso de los años, nuestros puntos débiles en los que se acumula más grasa son el vientre, los glúteos y los muslos. Esto tiene que ver con cambios fisiológicos debido al baile hormonal que supone la llegada de la menopausia.
Acabar con la grasa que se acumula en nuestros glúteos es una tarea difícil, sobre todo si tu trabajo te obliga a pasar largas horas sentada frente al ordenador. Pero que sea difícil, no quiere decir que sea imposible, ya que siguiendo una alimentación adecuada y poniendo empeño puedes lograrlo.
Empieza realizando ejercicio aeróbico, clave a la hora de conseguir adelgazar. Puedes elegir entre caminar durante una hora al día, si es que no estás lo suficientemente en forma, correr o saltar a la comba. Existen multitud de deportes que puedes realizar dependiendo de tu estado físico.
Y además, para eliminar la grasa rebelde que se acumula en nuestros glúteos y conseguir fortalecerlos y elevarlos, debes realizar ciertos ejercicios específicos de tres a cuatro veces por semana. Verás que son ejercicios fáciles y que no necesitas una forma física envidiable para llevarlos a cabo. No te inventes excusas, ponte a ello y verás los resultados.
Separa los pies un poco más del ancho de las caderas y flexiona las rodillas hasta ponerte en posición de sentadilla. Realiza una sentadilla, rebota sin llegar a ponerte en pie y vuelve a la posición inicial.
Túmbate boca arriba y flexiona las rodillas con los pies apoyados en el suelo. Desde esa posición, levanta las caderas hacia arriba, contrae los glúteos y mantén la posición durante dos segundos en la parte alta del ejercicio. Vuelve a la posición inicial y repite.
Ponte al lado de una silla pero un poco más atrás, apoya un pie en la base de la silla y sube a la silla con esa pierna, dejando el otro pie en el aire para mantener mejor el equilibrio. Baja al suelo, apoya ambos pies en el suelo y repite.
Recuéstate de lado sobre una silla apoyado sobre tu pierna izquierda y con la pierna derecha extendida hacia el lado derecho. Deja que la pierna derecha caiga sobre su propio peso y levanta la pierna derecha hacia arriba repetidas veces.
Apoya el empeine de uno de tus pies en la silla y adelanta la otra pierna en posición de zancada. Deja caer todo tu peso sobre la pierna adelantada hasta que la rodilla de la pierna apoyada en la silla casi llegue a rozar el suelo.
Realiza una zancada hacia atrás, aguanta esa posición un segundo y realiza una elevación de rodilla con esa misma pierna atrasada, aguantando la posición un segundo. Contrae los glúteos durante todo el ejercicio y ayúdate con los brazos para mantener el equilibrio.
Ponte en cuadrupedia, con las manos y las rodillas apoyadas en el suelo, y estira completamente una de tus piernas hacia atrás realizando una elevación hacia el techo, pero sin curvar la zona lumbar.