Paul Burrell fue mucho más que el mayordomo de Diana de Gales, fue también la persona en la que confió sus temores y secretos. /
Paul Burrell fue el brazo, las manos y hasta los anillos de Diana de Gales . Pasó con ella los 10 años de vida más intensos de la princesa, por eso lo conoce todo de ella y de los Windsor. Este martes, 28 de febrero, se ha sentado junto a Risto Mejide en Viajando a Chester
El mayordomo de la princesa del pueblo (sobrenombre con el que fue bautizana Diana Spencer) ha hablado largo y tendido sobre Lady Di pero también sobre sus hijos y ha analizado, entre otras cosas, el papel que está jugando el príncipe Harry y que achaca a una personalidad que viene de lejos: «Siempre ha sido un rebelde. Era el terror del palacio», contaba Burrell.
Paul ha achacado ese comportamiento al hecho de que el segundo hijo de Carlos III siempre tuvo claro que era eso, el segundo. «Le decían que su hermano sería rey. Le daban tres salchichas a Guillermo porque tenía que tener cuerpo de rey, y a él le daban dos», explicaba.
Durante su conversación con Risto, el que fuera mano derecha de Diana ha contado que, sin ser nombrado, aparece en Spare, la famosa biografía de Harry. «No dice mi nombre, pero salgo. Me acusó de aprovecharme de la muerte de su madre para hacer dinero».
Paul Burrell, durante su conversación con Risto Mejide en la que habló de Diana de Gales y de la familia real británica. /
Aunque Paul siempre fue el fiel escudero de Diana, hubo momentos en el que el propio Carlos III le dejó claro quién mandaba en aquella casa. «Tú harás lo que yo te pida. Voy a ser el rey de Inglaterra», le recordó el monarca en cierta ocasión dejando ver su carácter irascible. «Tenía mucho temperamento y nadie le ha dicho nunca que no, excepto Diana».
Comenzó a trabajar en la casa de campo de la familia Windsor, Highgrove House, en 1987 y acabó por ser el mayordomo de un mito royal. Ahora, a sus 64 años, solo quiere contarle a Harry y Guillermo todos los secretos de su madre. El anuncio de que padecía un cáncer de próstata ha activado ese deseo. «Si dejo este lugar y me voy a otro, nunca lo sabrán», se lamenta. Aunque no entra en detalles, hace una confesión sobre la historia: «No son cosas bonitas».
«Estoy muy cansado, mi tratamiento condiciona a las hormonas. Me está robando mi testosterona y mi barba ya no crece como debería. Tengo golpes de calor y estoy dentro de una montaña rusa de emociones. No sé qué va a ser de mí», confesó en el programa Lorraine, en el que ha agradecido con emoción el apoyo que está recibiendo de su familia y amigos. «Le he dicho a mis chicos que no sé si llegaré a Navidad, y ellos dicen que tienen que pasar más tiempo conmigo», ha señalado en su entrevista.
Más que una jefa, Diana era una amiga para Paul. Ambos se necesitaban. «Estaba rodeada de personas más ricas y educadas y eligió al hijo de un camionero de Derbyshire. Ella me llamó su roca y yo la cuidé», ha agradecido en alguna ocasión. Diana le llamaba su «roca». Él le ofrecía la fuerza en medio de todas las polémicas, con un matrimonio con Carlos III roto por la infidelidad con Camilla Parker Bowles.
Pocas personas se atreven a criticar tan abiertamente a la monarquía como Paul Burrell. En los adelantos de su entrevista con Risto Mejide le imita con gestos. El monarca era un príncipe con problemas de ira, incapaz de controlar sus emociones.
«Algún día voy a ser el rey de este país y tú vas a hacer lo que yo diga», le llegó a gritar el hijo de Isabel II. Su cara se volvió «azul» y, cargado de ira, agarró un libro y se lo lanzó. El mayordomo imita los gestos exagerados que hacía el monarca cuando él aún trabajaba en el Palacio de Buckingham. A sus 74 años parece que sigue con ataques irrefrenables (como su rifirrafe contra un bolígrafo, pocos días después del fallecimiento de su madre).
Paul Burrell, en una imagen reciente posando en las inmediaciones de Kensington Palace. /
Contestaciones agresivas, desprecios y burlas. Eran la rutina de Carlos frente a su entonces esposa. «Recuerdo que una vez Diana bajó las escaleras con un hermoso vestido blanco y negro y él le dijo que parecía de la mafia. Incluso desde antes ella ya era infeliz, lo que la llevó a desarrollar un trastorno alimentario. Comenzó justo antes de que se casara, ella misma me lo contó todo», sostuvo Burrell a The Sun.
Él veía cómo Diana se alejaba de todos. «Estaba realmente sola», añadió. De hecho, las imágenes de The Crown no le hacen justicia. Estaba peor que en la serie. Su matrimonio con Carlos era un infierno, según Paul: «Diana me dijo: 'Cuando me casé pensé que mi esposo estaría ahí, me cuidaría, apoyaría y animaría, pero no lo hace'».
Tan pegado estuvo a Diana que los tabloides se cebaron con él, como si fuera otro royal. The Daily Mirror pirateó su teléfono para acceder a sus mensajes entre 1995 y 2008. El comienzo fue el periodo del divorcio de Lady Di y del actual rey Carlos III y el fin, más allá del fallecimiento de ella.
El abogado de Paul Burrell, Francis Leonard, subrayó los trágicos efectos de las escuchas ilegales admitidas: «Ella pensaba erróneamente que se filtraba a la prensa información personal altamente sensible». Y, aún así, preservaron su especial relación.
El haber estado presente, le da la autoridad para desmentir bulos, Por ejemplo, cuando el príncipe Guillermo se comprometió con Kate Middleton con el anillo de compromiso de su madre, Los medios publicaban que supuestamente ese objeto tenía que estar en manos de Harry.
Él, en sus memorias, dice que jamás fue suyo: « Nunca le di a Willy ese anillo, porque no era mío para dárselo. Él ya lo tenía. Lo había pedido después de que mamá murió, y yo había estado más que feliz de dejarlo ir».
Paul aprovechó una entrevista con The Mirror para confirmar que él estuvo presente cuando se repartieron los objetos de valor. «Enrique me dijo que recordaba sostener la mano de su madre y que el anillo le hacía daño porque era muy grande. Cuando murió la princesa, Guillermo dijo que quería conservar el reloj de Cartier, que el abuelo Spencer le había regalado por su 21 cumpleaños, mientras que Enrique quiso conservar el anillo», ha revelado Burrell, quien considera que los hermanos llegaron a un acuerdo.
Lo que eligieron fueron las dos cosas «muy simples» que significaban mucho para ellos. La ausencia de su madre ha sido la constante de su vida. Aunque ahora ese problema se ve eclipsado por uno mayor; la ruptura de Harry con el resto de la familia. «Creo que Diana me diría, 'Paul, debes hacer de esto una prioridad. Tienes que ir a ver a mis muchachos», comentó en el Mirror.
De hecho, considera que sus palabras podrían hacer que «volvieran a estar juntos». «Es algo que Diana hubiera querido desesperadamente. Solo les diré la verdad, eso es todo. No busco nada a cambio», ha asegurado su compañero de batallas.
En 2003, Paul publicó el libro Al servicio de mi reina, dedicado a sus años con la princesa hasta su muerte en 1997. Aseguró que Diana no estaba nada enamorada de Dodi Al Fayed, sino que su verdadero amor era el cirujano pakistaní Hasnat Khan.
Por su parte, Harry dio sus propias versiones en su libro En la sombra ( Spare): «El antiguo mayordomo de mamá había escrito un cuento que en realidad no decía nada. Era simplemente la versión de los hechos que un hombre se justificaba a sí mismo y se centraba en sí mismo».
Unas palabras que ofendieron a Paul, quien aseguraba que era «mucho más para Diana»: «Él me ignoró, sin pensar en todos los años que pasé al lado de su madre en la intimidad, amándola y cuidándola. Se olvidó de eso y esto me entristece mucho». Le parecía insultante, insultante por los innumerables recuerdos compartidos y porque, según él, para la princesa, él era como un tío.
Vídeo. Enrique de Sussex, el verdadero heredero de Diana.
La relación entre los hijos de Diana y su mayordomo se hizo cada vez más tensa. «No podemos creer que Paul, a quien se le confió tanto, pudiera abusar de su posición en una traición tan fría y abierta», explicaba un comunicado emitido por Clarence House en 2003. «No solo fue profundamente doloroso para nosotros dos, sino también para todos los demás afectados y mortificaría a nuestra madre si estuviera viva hoy», declararon.
Su opinión no cambió la perspectiva de Paul, quien ha asegurado que Harry escribe « influenciado por otras personas». «Ha pasado del mundo que yo conocía a un mundo muy diferente (...) y su personalidad ha cambiado», recordaba.
Harry, Guillermo y Paul se mueven entre el remordimiento, la incomprensión, pero también el cariño. A Paul, Diana le tocó la vida y le cambió para siempre, como cuenta en su Instagram, donde comparte también la correspondencia que se mandaban.
«Hoy se cumplen 21 años del fallecimiento de un ser humano verdaderamente único e inspirador, Diana, Princesa de Gales. Habría estado muy orgullosa de los hombres en que se han convertido sus hijos, habría aprobado sin reservas la elección de sus parejas y habría adorado a sus nietos. Su legado es el futuro de la familia real británica», asegura Paul en una publicación.